Vox denuncia un golpe de Estado, será por intrusismo…
Usted también lo habrá oído y leído bastante últimamente: hemos sufrido un “golpe de Estado” y vivimos en una dictadura, por la amnistía al ‘procès’. Aunque no lo haya notado, lo sufre en silencio, como lo otro. En boca del PP, me sugiere una reflexión que se han hecho muchos ya, entre quienes tenemos algo de memoria: ¿a qué iba el Gobierno de Aznar a Argelia a negociar con el “Movimiento de Liberación Vasco”? Y entonces con ETA moría gente a bombazos y disparos en la nuca, poco que ver con un referéndum de pandereta en los que algunos votaban en varios colegios “electorales” el mismo día… (vaya banda, también). Supongo que los populares andan a ver si demuestran más esencias patrias de las buenas frente a su rival revoltoso, Vox, que ha calado con buen arraigo en los sectores más tolerantes de la sociedad y le come algo la tostada.
Y todavía me ha extrañado más escuchar eso del golpismo y el régimen dictatorial en boca de Santiago Abascal, nada menos. Supongo que lo dirá por intrusismo, porque su partido no disimula en sus ensoñaciones de que nos gobierne otro caudillo. Con Franco vivían mejor, bueno, por edad, como yo, no pueden comparar mucho aquel antes con el ahora. O tal vez tienen razón en Vox y, puestos a un sistema totalitario y sin libertades, deberíamos confiar en profesionales de la cosa como ellos, que controlan del paño. Un símbolo de esa paradoja se vio también enfrente de Ferraz, la sede central del PSOE, donde exhibieron muñecas hinchables y clamaron algo así como que no era una sede de un partido político, sino un puti-club. Qué cuajo, cuando entre los manifestantes en estas protestas callejeras inéditas (por sus integrantes, poco habituales en estas lides) se encontraba ni más ni menos que el que fuera presidente de los burdeles de toda España. De nuevo, recriminan a nuestros actuales gobernantes que les usurpen en sus actividades favoritas. El problema no es que se hagan supuestas guarradas, sino que esas guarradas son propiedad suya. Hay derechos de autor, tal vez.
De todas formas, las dictaduras ya no son lo que eran… Hoy, aquí y ahora, cada uno puede expresar en público, en los medios de comunicación, en Internet… donde le dé la gana, que el dictador lo es, se pueden mostrar pancartas con insultos contra él, se puede votar y ganarle las elecciones en las regiones (autonomías) ¡y hasta gobernar sin dejar de criticarle! Eso, Franco nunca lo hubiera permitido. A ver, si das un golpe de Estado es para que se haga lo que a ti te salga de… Y al que rechiste, la ley de vagos y maleantes, o por el estilo. ¿Podría yo escribir en estas páginas -y usted leerlo- que este Gobierno hace de comparsa con los yankis y no meten en cintura con un boicot económico de verdad al chalado de Putin para que deje de matar a ucranianos? Sólo para seguir explotando el negocio de la venta de armas USA y petróleo/gas rusos. Por ejemplo. ¿Podría echarle en cara a Pedro Sánchez que no afronte el principal problema de los españoles, que es tener que dedicar la mayor parte de su sueldo a tener un hogar, con medidas realmente efectivas más allá de su ley de vivienda? No, seguro que si estuviéramos bajo el yugo de un dictador, no me tolerarían tamaña insolencia, por subversivo.
Pero para muchos españoles, después de “ponerse la camiseta” de su “equipo” (un partido político), tal como lo describe muy gráficamente un amigo mío, todo está bien o mal hecho según lo haga el dirigente de sus siglas, PP, PSOE, etcétera. La polarización de la política ha sustituido al fútbol -Barça vs Madrid- como válvula de escape y no hay puntos medios ni debate sensato: o estás conmigo, o contra mí.