Por Juan Aís, director de FLUENTIS, branding y comunicación
El branding ha experimentado importantes avances en los últimos años, lo que exige a las empresas adaptar sus estrategias para seguir conquistando a su audiencia en un entorno de flujos de información instantáneos y una mayor conciencia social y medioambiental. Algunas de las transformaciones más relevantes son:
1. Del producto a la marca: Antes, el enfoque principal de las empresas era desarrollar y comercializar productos y servicios de alta calidad. Hoy en día, la construcción de marcas sólidas se ha vuelto esencial para establecer conexiones emocionales más profundas con los clientes y generar lealtad a largo plazo.
2. De promesas a experiencias: Las promesas de marca son importantes, pero las experiencias auténticas y coherentes respaldan esas promesas y ganan la confianza de los consumidores. La consistencia en cada punto de contacto con la marca es clave para fortalecer el vínculo con los clientes y convertirlos en defensores leales.
3. De notoriedad a relevancia: Enfoques masivos de publicidad pueden llegar a un amplio público, pero la relevancia implica comprender profundamente las necesidades y deseos de los clientes y adaptar la estrategia para satisfacer sus demandas específicas. La investigación de mercado es crucial para lograr esta transición.
4. De transacciones a relaciones: Construir conexiones significativas y auténticas con los clientes se ha vuelto más importante que centrarse únicamente en el aspecto comercial. Esto fomenta la lealtad del cliente, aumenta el valor de vida del cliente y establece la marca como una opción preferida en un mercado competitivo.
5. De comunicación comercial a contenidos y conversaciones: La creación de contenidos relevantes y conversaciones significativas con los consumidores es esencial para atraer y retener a la audiencia. Las redes sociales y otras plataformas digitales ofrecen oportunidades para interactuar directamente con los clientes y demostrar la experiencia y credibilidad de la marca.
6. De controlar a co-gestionar: La mentalidad de co-gestión invita a los clientes a participar activamente en la creación y dirección de la experiencia de la marca. Escuchar sus opiniones y retroalimentación empodera a los clientes y fomenta un sentido de comunidad y pertenencia.
7. De imagen a cultura: En lugar de enfocarse únicamente en la imagen de marca, las empresas deben construir una cultura sólida y auténtica basada en sus valores fundamentales. La cultura de marca influye en la forma en que los empleados interactúan con los clientes y cómo se sienten al ser parte de la organización.
Para implementar con éxito estas transformaciones, las marcas deben ser auténticas, coherentes y centradas en el cliente. La adaptación a este nuevo enfoque de branding permitirá a las empresas destacar en un entorno competitivo, generar lealtad y mantenerse relevantes en la mente y el corazón de sus públicos estratégicos.