Una de las grandes diferencias entre la NBA y el baloncesto FIBA es la duración de sus partidos. Mientras que en el deporte internacional se juegan partidos de 40 minutos, en la liga estadounidense el tiempo de juego llega a los 48. Sin embargo, el comisionado de la liga está estudiando reducir sus minutos con el fin de revitalizar el espectáculo y proteger la salud de los jugadores.
Una medida para proteger la salud de los jugadores
El principal argumento a favor de reducir el tiempo de juego es proteger a los deportistas, sometidos a un calendario muy exigente. Los equipos disputan 82 partidos en temporada regular, a los que se suman los posibles partidos de Playoffs y Play-In. Con tantos compromisos, las lesiones y el cansancio acumulado se han convertido en una gran preocupación para entrenadores, preparadores y médicos, que ya están reservando a sus estrellas en bastantes ocasiones. Reducir el tiempo de juego en ocho minutos supondría un gran cambio en las apuestas NBA, pero sobre todo serviría para que los jugadores tengan un respiro y reduzcan la carga física.
La medida está enmarcada en un contexto de mayor concienciación sobre la carga de trabajo y los riesgos que conlleva para las estrellas de la NBA. En los últimos años, han proliferado las técnicas de gestión de minutos y el descanso programado para mantener a los jugadores frescos, aunque estas prácticas se han criticado por afectar al espectáculo y las apuestas online. Al limitar la duración del encuentro, se podría encontrar un equilibrio entre la competición y la salud de quienes la disputan.
Opiniones encontradas en el mundo del baloncesto
Las ventajas son bastante obvias, pero esto no quiere decir que la posible medida no tenga detractores. Algunos jugadores ya retirados creen que esto alteraría la esencia de la liga. Temen que, de aprobarse el cambio, se minimicen los logros estadísticos de jugadores históricos y que se generen comparaciones poco equitativas entre diferentes épocas. Los récords de puntos, como los 100 de Wilt Chamberlain, serían totalmente imposibles de superar.
Por su parte, los entrenadores tampoco están 100% de acuerdo. Hay quienes defienden que la idea ayuda a dinamizar la liga y reducir tiempos muertos. Otros señalan que ocho minutos menos por partido podría alterar las estrategias tradicionales y afectar a la rotación de jugadores. Además, algunos entrenadores temen que la concentración de un número similar de encuentros con menos tiempo efectivo de juego pueda tener efectos inesperados en la condición física de las plantillas.
Los ejecutivos de la NBA, liderados por Adam Silver, han dejado claro que la liga está en una fase preliminar de estudio. El objetivo es averiguar cuál es la mejor manera de mantener la competitividad y el espectáculo sin poner en riesgo la integridad de los deportistas. Entre las opciones, está evaluar el impacto real en la audiencia y la salud de los jugadores durante un periodo de prueba. Solo el tiempo dirá si la NBA al final reduce sus partidos u opta por otro método para ayudar a los jugadores.