La lengua (valenciana), con sangre entra
Quina sort que tenim en la nostra Foia de Castalla de poder comunicar en valencià i en castellà. Bilingüisme ja d’entrada, de naixement, o millor encara si després fem l’esforç i aprenem alguna llengua més, anglès, francés, xinés… Poder entendre a quants més humans siga possible, això no té preu. El patrimoni dels territoris com el nostre, el català, el balear, el vasc o el galleg, és motiu de sentir orgull i tots hem de procurar cuidar eixa riquessa. Però no per collons… I disculpeu la paraula. Diuen que “els diners i els collons són per a les ocasions”, en canvi, per a aprendre, la cultura mai s’ha d’ensenyar a la força.
Con otro tópico, en este caso en castellano, algunos decían que “la letra, con sangre entra”, para defender el uso de la disciplina como imprescindible para garantizar que el alumno adquiría los conocimientos. Mano dura. Para nada, no comparto ese criterio porque pedagógicamente me parece contraproducente y lo más probable es que el estudiante sienta aversión por lo que se le quiere inculcar con malos modos y acabará aprendiendo menos. Por eso me parece impresentable la Ley de Plurilingüismo que implantó Compromís con respaldo de los socialistas del gabinete de nuestro expresident Ximo Puig, una norma inspirada en la abusiva inmersión lingüística en Cataluña. Se resumiría en “la lengua, con sangre entra”. Aprender dos idiomas (o más) por supuesto que funciona como una gimnasia mental fabulosa y favorece la plasticidad cerebral para progresar en el resto de las asignaturas. Sin embargo, la forma de favorecerlo no es imponer un idioma sobre otro y que todas las materias se imparten en catalán o valenciano, con la coartada de que esta lengua es minoritaria o históricamente ha estado discriminada (en tiempos de la dictadura de Franco, ojo, no confundamos a la gente).
Ahora, la nueva Generalitat Valenciana del PP con Carlos Mazón acaba de derogar aquella ley chusca y deja a las familias elegir la lengua base en la que se enseña a sus hijos. Soy poco sospechoso de afinidad con las políticas conservadoras (o liberales), pero esto es un acierto y una deuda pendiente que había con madres y padres.
Los nacionalistas e independentistas de toda España (ERC, Bildu, BNG) más la izquierda (Podemos, Sumar) han secundado a Compromís para presentar un recurso de inconstitucionalidad. Impresentables. Nada más democrático que dar a la gente el poder de elegir. Lo que debe garantizarse en cualquier pueblo es un mínimo de una asignatura de lengua en cualquiera de los dos idiomas oficiales. A partir de ahí, que cada hogar vote el porcentaje que quiere en el resto de las asignaturas troncales. A poder ser, que haya oferta para todos los gustos. Sé que en las ciudades grandes y medias resulta más factible y en los núcleos de población más pequeños, habrá que hacer encaje de bolillos, pero si hay que desplazarse unos kilómetros, otras compensaciones tiene el vivir con menos contaminación y más cercanía a la Naturaleza.
Si se quiere que los escolares tengan un buen manejo del valenciano en vocabularios específicos de Matemáticas, Historia, Ciencias del Medio o como se llame ahora, lo que hay que hacer es incrementar las horas lectivas de la asignatura de lengua y dedicar los últimos años de instituto a profundizar en ese léxico, en vez de –por ejemplo– explorar en textos literarios viejunos en catalán “profundo”. Ese filtro absurdo se ha utilizado como sinónimo de exigencia para hacer más complejo el título de conocimientos del ¿valenciano? Ya está bien de hacerse el “especial” y el mal entendido “progre” con delirios de los ‘països catalans’. Fuera complejos, per açí tenim a escriptors tan bons com el castellut Enric Valor i no cal imitar als que parlen valencià del Nord per damunt de l’Ebre. Ens diuen que diem molts castellanismes, i ells diuen “tarda”, “aquí” i tantes altres coses. No me vendan la moto: la inmersión lingüística persigue única y exclusivamente sustituir al castellano por el valenciano, es decir, perder ese patrimonio del bilingüismo.
Las opiniones son como los culos: todos tenemos uno. Su opinión me parece sesgada y, sobre todo, fuera de la realidad. Usted y yo peinamos canas, y yo recuerdo, en mi primera juventud, oir en Ibi el valenciano en todos lados menos en el colegio. En la calle, en las tiendas, en el mercado… por donde ibas escuchabas valenciano. Ahora no sucede así, ahora apenas se escucha el valenciano, hasta las fiestas patronales están perdiendo su esencia y muchos de sus actos se hacen exclusivamente en castellano «para que nos entiendan». La sustitución se ha hecho en menos de una generación. En el Pleno Municipal se escucha el castellano mayoritariamente. En todos lados. Una lengua se conserva si es útil, y hacerla útil es usarla, pero también enseñar matemáticas en valenciano, o historia, o cualquiera de las ciencias. Porque solamente así garantizas que, en base a su conocimiento, se pueda usar en todos los ámbitos. Si la restringes a un uso informal, sucede lo que está sucediendo, que muchos ignorantes asocian el valenciano a una lengua que se usa solamente en el ámbito informal. Usted desea conservar el valenciano, todo su patrimonio y su riqueza? Use la lengua, hágala necesaria en la educación, programe cultura en valenciano. Lo demás es ir contra nuestra esencia. Que te podrá gustar más o menos, pero es la nuestra. Si nos creemos las leyes, para garantizar que el valenciano sea lengua oficial, se debe garantizar también su conocimiento en todos los ámbitos: en las matemáticas y en las ciencias también. Y si atrevanse a modificar la Ley, y eliminen la oficialidad de la lengua. No volem ser mès que ningú, pero menys tampoc.