El colegio pla y Beltrán acogió los días 12 y 13 de junio las primeras Jornadas de Sensibilización sobre la Discapacidad, una iniciativa pionera en la zona, impulsada desde el aula específica recientemente inaugurada este curso, conocida como aula Ueco.
“Fueron dos días llenos de emoción, aprendizajes profundos y experiencias transformadoras para todo el alumnado del centro”, explican sus impulsores, quienes añaden que estas jornadas nacen con el objetivo claro de visibilizar la diversidad funcional y fomentaren el alumnado una actitud de respeto, empatía y valoración hacia las distintas capacidades que las personas desarrollan cuando se enfrentan a barreras físicas, sensoriales o cognitivas.
Durante dos intensas jornadas, el colegio se convirtió en un auténtico circuito de experiencias donde se trabajó desde la vivencia. A través de estaciones de aprendizaje distribuidas por todo el recinto, los alumnos recorrieron distintas realidades que les ayudaron a ponerse en la piel del otro, desarrollando así una conciencia mucho más inclusiva.
Entre las estaciones más destacadas se encontraron: Comunicación alternativa y aumentativa: los alumnos conocieron diversos sistemas como pictogramas, lengua de signos o tableros de comunicación, comprendiendo lo valioso que es poder expresarse, aunque sea de otra forma.
Guía para personas con ceguera: con los ojos tapados, y de la mano de un compañero-guía, los estudiantes experimentaron lo que significa confiar, escuchar y desplazarse sin la vista.
Tacto como sentido protagonista: una actividad en la que el sentido del tacto cobró un protagonismo total, permitiendo descubrir texturas, formas y objetos con los ojos vendados.
Arte sin manos: a través de la pintura utilizando la boca o los pies, los participantes comprobaron que la creatividad no entiende de límites físicos.
Movilidad reducida: usar sillas de ruedas o bicicletas adaptadas les permitió vivir la movilidad desde otro ángulo, valorando los retos cotidianos que muchas personas enfrentan.
Deporte adaptado: con juegos como boccia y goalball, los estudiantes se divirtieron mientras conocían deportes paralímpicos donde el esfuerzo y la estrategia brillan por igual.
Orientación y señalización accesible: Se propuso un juego de orientación por el centro utilizando señalización accesible, fomentando la comprensión del entorno como facilitador o barrera. Cuentos inclusivos: como broche final, un taller de cuentos con moralejas inclusivas cerró la experiencia. Historias que invitan a mirar al otro con nuevos ojos, a valorar la diferencia como riqueza y a entender que la verdadera inclusión comienza por la empatía.