A sus 38 años, el ibense Enrique Navarro suma ya 22 años de carrera deportiva. Pese a entrenar solo una vez por semana, sigue cosechando resultados destacados. El pasado 10 de agosto completó el exigente Campeonato de la Montaña Canigó, en Francia: 33 kilómetros de alta montaña con 2.200 metros de desnivel, donde cruzó la meta en 4h57’17”, alcanzando la posición 120 en la general y el 18º puesto en categoría Máster. Desde Francia, donde reside desde hace 16 años, repasa sus orígenes en Ibi y la manera en que mantiene viva su pasión por el atletismo.
Enrique, llevas 22 años ligado al atletismo. ¿Cómo empezó tu afición por las carreras y qué te motivó en tus primeros años en Ibi?
Respuesta. Mi afición empezó viendo ganar el oro a Abel Antón en el Mundial de Sevilla 99. En Ibi me impulsaron el Club Atletismo Teixereta y Luis Arenas, que me facilitó la entrada y me abrió las puertas de este deporte.
Has comentado que actualmente entrenas solo una vez por semana. ¿Cómo consigues mantener el nivel competitivo con tan poco tiempo de preparación?
Gran parte se lo debo al trabajo de fortalecimiento analítico que practico todos los días después del trabajo. Son sesiones de gimnasia muy intensa, aunque de corta duración, que me permiten mantenerme en forma.
El pasado 10 de agosto participaste en el Campeonato de la Montaña Canigó. ¿Qué sensaciones tuviste durante la carrera y qué supuso para ti cruzar la meta?
Esta pregunta me gusta mucho porque conecta directamente la prueba con Ibi. La carrera se celebra en Vernet-les-Bains, a 750 metros de altitud, y rinde homenaje a los trabajadores que a principios del siglo XX subían hasta los 2.784 metros del Canigó para cargar bloques de hielo de entre 40 y 80 kilos, que luego se destinaban a hoteles y balnearios.
Al cruzar la meta tuve un recuerdo muy especial, tanto para los heladeros de Ibi como para aquellos hombres que se ganaban la vida con tanto esfuerzo.
Llevas 16 años viviendo en Francia. ¿Qué diferencias encuentras entre el ambiente del atletismo allí y el de tu pueblo?
En Francia el nivel en las pruebas de fondo es muy alto, y ahora se ha trasladado también a la montaña, con mucho auge del trail y el ultratrail. La principal diferencia está en el tipo de competiciones: aquí, en Perpiñán, abundan las carreras con desnivel, mientras que en la zona de Alicante predominan las pruebas populares en asfalto.
A pesar de la distancia, sigues muy unido a Ibi. ¿Qué significa para ti representar a tu tierra en cada competición y qué mensaje te gustaría dar a los jóvenes atletas ibenses?
Es un honor, porque Ibi es tierra de campeones. A los jóvenes les diría que disfruten de su entorno, que es ideal para el trail running, y que lo hagan siempre con supervisión o en un club. Para mí el atletismo se ha convertido en un modo de vida que me permite equilibrar cuerpo y mente.