Muy disgustadas por la decisión del equipo de gobierno de no ofertar este año escuelas de verano inclusivas, un grupo de madres de niños y niñas con discapacidad asistió el martes 6 de mayo al pleno para expresar su disconformidad y pedir que “se revise urgentemente esta decisión”.
La protesta se hizo pública a través de un escrito, que leyó la portavoz del grupo popular, Maite Peñalver, durante el apartado de ruegos y preguntas.
Los familias afectadas lamentan que, después de que el Ayuntamiento diera un paso ejemplar hacia la inclusión el pasado año, se haya decido ahora eliminar la subvención para la escuela Somriu y el apoyo individualizado con monitores en las escuelas de verano ordinarias, “lo que implica, en la práctica, la exclusión de nuestros hijos de las actividades veraniegas del municipio”.
Además, señalan que esta situación “no solo supone un retroceso en términos de derechos y equidad, sino que nos obliga como familias a enfrentarnos a una carga emocional, logística y económica insostenible”, puesto que, como explicaron, el coste de una semana en la escuela Somriu es de 130 euros, “y un niño no puede estar condicionado por el poder adquisitivo de los padres”.
La concejal de Servicios Sociales, Montse Agulló, explicó que lo del año pasado fue un “proyecto piloto” y se comprometió a ponerlo en marcha de nuevo para el año que viene, ya que la licitación prevista para este verano no llega a tiempo.
Las madres, a las que se les dio la oportunidad de hablar en el pleno, recriminaron a la edil por no haberlo planificado con tiempo, y recordaron que no se trata de privilegios, “sino de igualdad de oportunidades”, de justicia y de integración.