La localidad ha contado por segundo año con escuelas de verano inclusivas, a las que ha contribuido la asociación Adibi, ya que “gracias al apoyo del Ayuntamiento, pudimos contar con 11 monitoras especializadas, que acompañaron a los menores en sus actividades estivales”.
Precisamente, ellas mismas destacan que “la inclusión sigue siendo una asignatura pendiente en las escuelas de verano. Hace falta más concienciación y actividades participativas para todos, pero aun así, ha sido una experiencia increíble para los niños y, por supuesto, para nosotras como monitoras”.
Por su parte, las familias explican que “es una pena que la participación de nuestros hijos dependa de una financiación extra y diferenciada respecto a las demás familias, recordándonos que la inclusión real requiere un compromiso constante”.
Para Adibi, este verano ha sido una oportunidad para demostrar, una vez más, su compromiso con las familias. Como señala la presidenta Fide Mirón, “nuestro trabajo ha sido estar siempre al lado de las familias, escucharlas, acompañarlas y buscar al personal adecuado para que los menores estuvieran lo más atendidos posible. Ha sido un éxito, pero sentimos que aún queda mucho por hacer. Debe brillar más el menor que el peso de su discapacidad, y en ocasiones, eso se olvida.”
Adibi agradece al Ayuntamiento su apoyo y a las escuelas de verano, su disposición para acoger este proyecto. “Entre todos, hemos conseguido un verano de más inclusión, sonrisas y oportunidades para quienes más lo necesitan. Seguiremos trabajando para que cada año los niños y niñas puedan disfrutar de un ocio plenamente inclusivo”, añade Mirón.