Se cree el líder de la derecha y ultraderecha
Llevo tiempo fijándome en que Feijóo, cada vez que habla en público, chasquea la lengua como un tic facial o nervioso. Bueno, no es noticia, pero me parece un síntoma revelador, sobre todo cuando dice cosas que ni él mismo se cree. Ahora va y les dice a los votantes de Vox: «Quiero que me voten. Soy más honesto con ellos que los dirigentes de Vox«. De paso, critica al Gobierno por el llamado «cupo separatista», asegurando que Sánchez lo utiliza para ganar tiempo.
Hace un tiempo pedía el voto a los socialistas; también intentó convencer a los socios del Gobierno. Este hombre, en realidad, lo que no tiene es decencia. Ahora les dice a los votantes de Vox que se les está faltando al respeto… justo él, que se pasa la vida insultando la inteligencia de los españoles. Feijóo en estado puro.
Es como si no pudiera acallar todas esas voces que lleva dentro de la cabeza. A veces parece que anda completamente perdido. Legitima a la extrema derecha mientras lidera el principal partido conservador, el PP. No solo descarta enfrentarse a Vox, sino que siempre muestra ante los medios su disposición a pactar con ellos. Y ya se cree presidente del Gobierno.
No hay duda alguna: acepta sin reparos los apoyos de Vox y, por si quedaba alguna, considera a este partido ultraderechista un socio legítimo con quien gobernar a nivel nacional. Quiere meter a Vox dentro de su, aún, hipotético gobierno. Pide respeto para los votantes de Vox y asegura que no piensa arrinconarlos. Pero no nos engaña: lleva años haciendo lo mismo, mientras carga contra Sánchez y el Gobierno progresista por sus pactos con otras formaciones. Él, en cambio, pacta sin pudor con el peor partido político de España: Vox.
Últimamente repite una frase que solo él se cree: «O Sánchez o yo». Pero ni ha llegado a La Moncloa, ni hay elecciones a la vista. Feijóo ha normalizado a Vox a cambio de poder gobernar en ayuntamientos y comunidades autónomas. Sin embargo, por mucha «normalidad» que intente proyectar, Vox no es un partido normal: es antidemocrático y copia las locuras de Trump. Vox es la clave de Feijóo para escalar en política, porque sin Vox, no es políticamente relevante.
El gran error de Feijóo es intentar equiparar a todos los partidos políticos con Vox. Y eso no cuela: hay un abismo entre unos y otros. Acusa a Sánchez de romper la convivencia entre los españoles, sin aportar pruebas, mientras él adopta el discurso nacionalista y retrógrado de Vox. Y todo porque se cree el líder absoluto de la derecha española, incluida la ultraderecha. Cada vez que habla, transmite una sensación de intemperie. Y, francamente, ya empieza a dar miedo.