Por Miriam Laurí Pina, concejal de Servicios Públicos, Sanidad y Gobierno Abierto del Ayuntamiento de Ibi
Los sentimientos en el periodo de desescalada se entremezclan, alegría al comprobar que estamos recuperando poco a poco la normalidad y la decepción provocada al confirmar que hay conductas que no cambian.
El comportamiento de los ciudadanos durante el periodo de confinamiento ha sido intachable, respetando espacios y servicios; por ello nos produce verdadera desazón constatar que con la recuperación de parte de nuestra normalidad los malos hábitos han regresado.
Las herramientas para que los residuos no supongan un problema son muchas: más de 60 islas repartidas por el casco urbano para reciclar cartón, envases y vidrio; servicio de recogida de enseres llamando al 900 102 191 con recogida los miércoles por la mañana, 4 puntos de extrarradio cuya frecuencia de recogida en verano es de 2 veces al día de lunes a sábado y los domingos una vez, ecoparque abierto todos los días del año, recogida de cartón comercial cada miércoles, más de 1.000 papeleras, recogida de basura puerta a puerta en horario de verano que, debe sacarse a partir de las 10 de la noche excepto los sábados, atención inmediata cuando se produce una incidencia, etc.
Nada parece ser suficiente si atendemos al comportamiento de parte de la ciudadanía que deja estampas verdaderamente dolorosas: colillas en juegos infantiles, guantes y mascarillas en aceras y calzada, excrementos de mascotas por doquier, vertidos incontrolados tanto en casco urbano como en puntos de extrarradio, enseres en cualquier calle fuera del día fijado de recogida para los mismos, islas de reciclaje con contenedores medio vacíos mientras encontramos residuos en acera o calzada. Máxime si tenemos en cuenta el especial cuidado que, debemos tener con el tratamiento de residuos generados en hogares debido al estado de alarma por COVID-19.
Pese a las sanciones que ya han sido impuestas y los esfuerzos por contener la situación, las fotos que circulan vía redes sociales seguirán existiendo si no tomamos conciencia de este problema. La realidad es que, si hacemos un mal uso de los contenedores, tanto de selectiva como de extrarradio, seguimos dejando enseres en lugares y días no permitidos, no recogemos los excrementos de nuestras mascotas, tiramos escombros en parajes naturales o restos industriales y tiramos nuestras colillas al suelo... prestar el servicio con normalidad será muy difícil. No obstante, desde el Ayuntamiento seguimos comprometidos en estudiar tantas fórmulas y soluciones sean necesarias para mejorar este aspecto.