Per José Luis Fernández Rodrigo, periodista
Muchos científicos se han preguntado desde hace mucho tiempo si hay vida extraterrestre y, si es así, porqué nunca se ha apeado del “cobete” un alienígena y nos ha presentado a su planeta. Tan solo hay indicios -siempre dudosos, sin pruebas fehacientes- de avistamientos de platillos volantes, en algunas ocasiones con el testimonio de pilotos de aviación muy escépticos con estos fenómenos, que se quedaron anonadados al ver luces pasar a toda velocidad junto su avión terrícola, mucho más lento.
Un físico llamado Alexander Berezin, de la Universidad Nacional de Tecnología Electrónica de Rusia, acaba de difundir otra hipótesis: tal vez esas otras civilizaciones sean mucho más pequeñas que la nuestra y las destruyamos involuntariamente en el futuro, sin verlas, cuando avancemos en aventuras espaciales. Algo así como cuando pisas un hormiguero con una bota del 45, sin darte cuenta.
La principal evidencia de este silencio de las galaxias está en las distancias, en las dimensiones del Universo. Si alguno de esos OVNIS ha sobrevolado, efectivamente, por nuestro cielo, ha debido tardar tanto tiempo que nuestro cerebro no puede ni concebirlo. ¿Años luz? Nada menos que el espacio que recorre la luz en un año, cuando para nosotros visualmente, la luz es instantánea, no tiene límites para nuestro modesto ojo humano. Entonces, para regresar a su base, ¿cuánto tiempo necesitará? Si tampoco puede transmitir imágenes ni información nuestra a sus dueños en tiempo real o en un tiempo razonable (no creo que les llegue el Bluetooth o las ondas de radio...), entonces en ese otro planeta siguen sin saber que estamos aquí. Es más, parece lógico que una nave espacial así no esté tripulada, porque no hay bicho viviente que soporte esas velocidades, sino más bien que la hayan programado para captar información, explorar otros mundos y luego volver a casa. Con lo cual, puede que siga de aventuras. Incluso si ya ha llegado a su origen, cuando esos extraterrestres pueden estar sopesando si mandan a alguien aquí, igual no se fían. Solo con que vean la contaminación atmosférica, nuestras chimeneas vomitando polución... yo tampoco sé si vendría, francamente. Eso, contando con que se acerquen lo suficiente, porque tal vez solo recojan muestras aéreas o analicen componentes químicos de nuestro planeta para valorar si es habitable para ellos.