Por Rafa Serralta
Por tercera vez encabezo la lista de Populares Ibi con la ilusión intacta y con la ética como valor fundamental. Hice pública mi candidatura a la Alcaldía de Ibi hace unos días, en un acto en el que me sentí arropado por mi familia, amigos y amigas, compañeros y compañeras de partido, simpatizantes y mi Equipo.
En mi presentación hablé de una historia que me contaron hace mucho tiempo en tierras irlandesas y que me ha servido de faro de Alejandría cuando lo he necesitado. Cada persona tiene que mirar siempre en cinco direcciones. La primera, hacia adelante para saber a dónde se va, atrás para no olvidar de dónde se viene, abajo para comprobar que no se pisa a nadie en el camino, a los costados para ver quien te apoya durante el trayecto y arriba para tener presente que siempre hay alguien que nos cuida y nos protege.
Recurro a este sencillo consejo y me detengo en cada dirección de esa mirada cuando lo necesito. Miro al frente desde la ilusión para seguir mejorando el Ibi que nos mereceremos. Miro atrás desde la humildad para reconocer, valorar y aprender de los errores y tropiezos. Miro hacia abajo desde el más absoluto respeto y, en especial, a quienes necesitan de nuestra ayuda. Miro hacia los costados desde el cariño y admiración por el trabajo de las personas que están y han estado a mi lado y, por último, miro hacia arriba para pedir consejo y, en algunas ocasiones, simplemente para respirar.
Gracias a quienes han depositado la confianza en mí para que vuelva a encabezar este proyecto. Gracias a todas las personas que nos trasladan su aliento. Gracias a quienes, a cada paso, nos animan para que el próximo 28 de mayo seamos de nuevo la opción más votada. Y gracias por adelantado también, a quienes van a contribuir a un cambio necesario en la política valenciana, votando a Carlos Mazón para que sea el próximo President de la Generalitat.
Yo, Rafael Serralta Vilaplana, voy a seguir defendiendo con honestidad los intereses de la ciudadanía ibense y lo voy a hacer con la ética como valor fundamental, porque sin ella y sin valores profundos, solo nos quedan personas vacías.