Por Moisés Aparici Pastor, escritor
No es que sea nada serio, pero todas las personas tenemos el derecho a opinar de los temas que nos rodean y acontecen. Lo malo, es que muchos hacemos que nuestros ojos tropiecen con su propia mirada, lo cual nos priva de mirar las cosas en su propia dimensión. Digo esto por aquellos que se denominan NEGACIONISTAS, y que en el caso terrible que nos acontece, el Covid-19, intentan mostrarnos que no es cierto lo que pasa, que la efervescencia de este acontecimiento a escala mundial languidecerá. Lo torpe del caso, es que encima se muestran con ademanes malcarados. Sus hechuras y maneras pasan por vociferar e intentar agitar las aguas. Volvemos a la edad media, nos mostramos retrógrados y lo negamos todo: el virus. su vacuna e incluso el brillo del fuego.
La vida es en sí mismo una serie de más o menos años, un soplo de dignidad, y no merece que nadie nos la altere con incoherencias. Ignoro qué intereses o anhelos frustrados les presiden, pero negar lo que vivimos, sufrimos o padecemos, es un disparate en sí mismo. Y me pregunto ¿Qué desazón les preside? Arriba el temido invierno y los hospitales están hasta arriba, y esta angustiosa sensación aplasta, no sólo a infectados, enfermos, comerciantes, hosteleros, restauradores, empresarios, sanitarios etcétera, en sus secundarias e importantísimas secuelas que la economía soporta, nos afecta a todos. En el fondo de nuestro corazón, todos, negacionistas o no, confiamos poder contar pronto con ver el final de esta tremenda pandemia. Aunque, al parecer, los que niegan la Covid, también rechazan su vacuna, la misma que nos ha de devolver salud, tranquilidad e intentar recuperar algo de lo que hasta el pasado año fue nuestra vida.
¿De qué nos valdrá la vacuna cuando llegue, si todos aquellos que la niegan siguen contagiando a otras personas? ¿No os ha parecido tragicómico ver al bufón de Trump hacer aspavientos y comicidades en sus mítines sin usar mascarilla? ¿Servirá de algo que cientos de miles de norteamericanos sigan contagiándose por imitar a un ególatra? La tormenta escampará, pero hasta entonces negar la evidencia de esta pandemia, todo el dolor, sufrimiento, muertes y desesperación que está causando y sus consecuencias, ya es bastante bagaje como para que tú que niegas todo esto, sigas alimentando de mentiras los anhelos y vidas truncadas de tantas otras personas a las que el tiempo parece habérseles disecado. Duda cuanto quieras, pero hazlo en intimidad, no causes más daño, pues aunque no abrazas a los demás como quedándote con su corazón, lleva tu guerra insensata a cualquier otro lugar donde el aire de la reyerta no coloque oscuridad de pólvora.
Sé distinguir la verdad de la mentira, y lo que no sé es si el virus es natural o creado por el hombre, y sé que la humanidad está en peligro y vosotros, negacionistas, con vuestra actitud cargada de desdén e inconsciencia, alimentáis nuestro infortunio. Apearos ya del no porque no.
Tranquilo Pronto todo quedara solucionado y los negacionistas seran deportados. Proximante se crearan: Los Ministerios del Amor, de la Paz y de la Abundancia. Un saludo George Orwell, "1984"