Por Lehbib Alisalem, delegado del Frente Polisario en la provincia de Alicante
El conflicto del Sahara occidental se remonta al 14 de noviembre de 1975, cuando se firmó en Madrid el acuerdo, ilegal, con Marruecos y Mauritania, abandonando España el territorio el 26 de Febrero de 1976 sin completar el proceso de descolonización de la que era la provincia 53 del estado español.
El pueblo saharaui lleva sufriendo una tragedia desde entonces. A pesar de las múltiples y reiteradas resoluciones de la ONU reconociéndoles el derecho a decidir su futuro libremente, el reino de marruecos ha seguido su política de agresión, expansión e intransigencia llegando a ordenar el pasado 13 de Noviembre 2020 a sus fuerzas armadas violar deliberadamente el acuerdo del alto al fuego (firmado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario, auspiciado por la ONU y la Unión Africana), en la zona del GARGARAT, abriendo dos brechas ilegales para atacar a los civiles saharauis que se manifestaban pacíficamente desde el 21 de Octubre contra el expolio de los recursos naturales del Sahara.
El Gobierno Saharaui y el Frente Polisario responsabilizan al reino de marruecos de todas las consecuencias sobre estos hechos y violaciones del acuerdo de paz y exigen la celebración del referéndum de autodeterminación, que debía haberse celebrado en 1992, mientras la comunidad internacional ha seguido mirando para otro lado, y miles de saharauis viven en un campo de refugiados desde 1976 en condiciones inhumanas.
España tiene una responsabilidad histórica con el pueblo saharaui, y como tal debe ser quien impulse una solución pacífica a través de las relaciones bilaterales que tiene con Marruecos, así como con países de influencia en Europa, y con el apoyo de la ONU. Ya no son suficientes las declaraciones institucionales con buenas intenciones, los y las saharauis necesitan hechos y soluciones materiales.
Durante todos estos años de exilio y vida en condiciones realmente duras para los y las saharauis, hay que poner en valor la solidaridad del pueblo español quien, a pesar de la desidia de los diferentes gobiernos, a través de las diferentes asociaciones sin ánimo de lucro han apoyado la causa saharaui tanto a nivel estatal como internacional mediante diferentes proyectos, como “Vacaciones en Paz”, gracias al cual niños y niñas saharauis pueden salir durante los dos meses de verano de los campamentos de refugiados; caravanas solidarios con miles de kilos de ayuda humanitaria; financiación de infraestructuras médicas y educativas en los campamentos, y un largo etc por el que el pueblo saharaui agradece enormemente que sus hermanos y hermanas españolas no se hayan olvidado de ésta justa causa.