No es novedad afirmar que las grandes firmas eléctricas han tenido y siguen teniendo la mala fama entre los ciudadanos. Una imagen que se han ganado a pulso entre otras, el cachondeo que hay con el precio de la luz. En estas últimas semanas y días, estamos siendo testigos de una de las más vergonzantes escaladas en el coste de la factura de este suministro esencial. No hay quien entienda ni el recibo, ni las causas de por qué esta locura ascendente que ha convertido a España en el país europeo con la energía eléctrica más cara y la tercera que más ha subido en el último año. La historia de las grandes empresas del sector viene trufada de sonoras puertas giratorias –término que nace precisamente de esta cuestión– y sillones en los consejos de administración donde todavía se sientan, o se han sentado, algunos conocidos exministros y expresidentes como José María Aznar o Felipe González. Se desconoce cuál ha sido el verdadero desempeño de funciones durante los años que han permanecido en estos consejos, pero de lo que no cabe ninguna duda, es que su estancia allí no ha servido para establecer una acertada política de contención de los precios y una estrategia encaminada a suavizar los vaivenes de los mercados eléctricos que son ahora el argumento principal para explicar esta escalada sin fin.
En este contexto, la polémica se ha servido en bandeja de plata para que ahora oposición y hasta el mismo socio del gobierno de Sánchez, Podemos, aproveche la coyuntura para sacar rédito de este escandoloso asunto que tiene a los ciudadanos en vilo y pendientes de la próxima factura. Se repite la historia de siempre, cuando empieza a subir el recibo de la luz, todo el mundo se echa las manos a la cabeza y comienza la escalada de declaraciones y contradeclaraciones culpándose unos a otros, y sin resolver la papeleta.
Miriam Martínez, oro en superación
Cualquier elogio se queda pequeño para reconocer el inmenso logro conseguido por nuestra deportista más internacional en Tokio. Una medalla de plata con sabor a oro para una deportista que ha superado todas sus metas. La ibense Miriam Martínez viajó hasta los Juegos Olímpicos para hacer realidad dos sueños, el de su padre y el suyo propio. Participar en unas Olimpiadas es, para cualquier atleta, una hazaña personal que supera a cualquier otra. Pero la suya, aquí en nuestra comarca, se convierte en todavía más especial si cabe. Dedicación, esfuerzo y voluntad son los grandísimos ejemplos de vida que nos ha dado Miriam y que servirán de inspiración para muchos. Gracias.