Por Sara Díaz, concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Ibi
El pasado lunes salieron adelante los presupuestos para el año 2019 del Ayuntamiento de IBI. Se aprobaron porque son realistas, comprometidos, sociales, ejecutables y cumplen con el principio de estabilidad presupuestaria. Y, además, porque el buen trabajo solo tiene un camino, lo disfracen como lo disfracen.
En este asunto, al PSOE le fallaron sus cálculos por dos veces:
Inicialmente, en una primera sesión plenaria donde votaron en contra contando con la posibilidad de que serían aprobados por Junta de gobierno (algo declarado inconstitucional) y que les hubiera dado cancha para hacer campaña basada en la “soberbia” del PP.
Posteriormente, en esta segunda sesión en la que no contaban con que Compromís, por coherencia y tras reconocer que el Presupuesto incorporaba, dentro de la limitación normativa del techo de gasto, las principales prioridades e inversiones trabajadas y propuestas por todos los grupos políticos a lo largo del año en cada una de las comisiones, modificaría su voto dando luz verde al Presupuesto.
Éste y no otro fue el único motivo por el cual el grupo socialista, tras anunciar primero en prensa y después en la primera de sus intervenciones el voto en contra, finalmente se abstuviera: Compromís no podía restarles protagonismo, reitero, único y real motivo del cambio.
Pero no, Compromís no les restó protagonismo. De ello se ocupó la portavoz del PSOE con su intervención que, a falta de argumentos objetivos, quiso justificar lo injustificable acudiendo a una burda y vulgar lista de descalificaciones.
Este tipo de argumentación se conoce como “argumento ad hominem”: una de las falacias más famosas y utilizadas cuando una de las partes, en lugar de rebatir al carecer de argumentos, lo que hace es descalificar y ofender al contrario. O lo que es lo mismo, y en palabras de Garcilaso de la Vega: “Quien insulta pone de manifiesto que carece de argumento”.
Normalmente, quienes utilizan este tipo de argumentos totalmente inapropiados son individuos que, al verse incompetentes para defender su tesis, descubierta como inconsistente, embisten contra el interlocutor descalificándolo, pues ansían la fama y el poder por encima de la verdad. De este modo, queriendo descalificar se descalifican ellos mismos.
Pero al final, lo más importante es que vamos a seguir trabajando por y para Ibi. Y ello gracias a unos Presupuestos que son el reflejo del trabajo diario y de las aportaciones de la totalidad de las personas que formamos la Corporación del Ayuntamiento de Ibi.