Cumpliendo con la tradición, cientos de personas salieron a las calles de Onil en Nochebuena para participar en la rodà dels fatxos, una especie de antorchas confeccionadas con esparto (totxa) de la sierra de Onil que cada 24 de diciembre se encienden por un extremo y se hacen rodar para celebrar el nacimiento del Niño Jesús.
Los fatxos en movimiento producen un efecto hipnótico y dan a la Nochebuena colivenca un sabor muy especial y propio, solemne y divertido a la vez. Además, y para animar a la participación, el Ayuntamiento de Onil organiza desde hace años un concurso con diferentes premios.
Este año los ganadores han sido los siguientes: el rodador de fatxos más joven, Carlos Ferrer (de diez meses de edad); el rodador más mayor, Francisco Mira (88 años); el fatxo más pequeño, Sofía Bernabeu (cuatro centímetros); el fatxo más grande, la Cocherica (cuatro metros y setenta centímetros); el fatxo más artístico, los Marco y compañía (fatxo con forma de estrella).
Fuente: concejalía de Fiestas.