Ahora que ha finalizado el año 2020 toca hacer balance de estos diez meses de pandemia y de lo que ha supuesto para la sanidad pública. Nos podría contar ¿cómo ha evolucionado la Sanidad en todos estos meses para hacer frente al virus?
La Sanidad, al igual que el resto de las actividades humanas, se ha tenido que adaptar a esta enfermedad desconocida y lamentablemente pandémica. La propagación mundial del virus en un período tan corto de tiempo ha desbordado los sistemas sanitarios y ha provocado una amplia perturbación social y económica.
En nuestro caso, nos hemos tenido que adaptar a los retos de seguir prestando servicios de salud, con la dificultad añadida de protección de la población y también de los trabajadores expuestos. Obviamente, esto ha disminuido la percepción de calidad y asistencia temprana y directa que teníamos previamente y, además, han aumentado casi todas las listas de espera.
Seguimos luchando para minimizar estos efectos, aunque creo personalmente que no volveremos a la situación inicial.
¿En qué momento estamos en cuanto al control sanitario de la pandemia?
Estamos inmersos actualmente en una segunda oleada o brote de la pandemia. No se ha llegado a las cifras de los meses de marzo y abril, pero estamos todavía con tasas de transmisión y de infección muy altas. El departamento de Alcoy y en concreto el Hospital Virgen de los Lirios ha tenido que habilitar plantas específicas Covid por el aumento de ingresos y la UVI ha estado al límite.
En los últimos días, tras el puente de diciembre, han aumentado los casos positivos, y al mismo tiempo la ocupación hospitalaria, por lo que no debemos bajar la guardia.
Siguen existiendo brotes familiares, laborales y sociales. Es fundamental la colaboración de los ciudadanos siguiendo las instrucciones sanitarias y cívicas para evitar la propagación y luchar de este modo para que no se nos presente una tercera oleada.
¿El nivel de atención que se está? dispensando a otras enfermedades es el mismo que antes de la pandemia? Lo digo por las numerosas críticas que existen a este respecto.
La atención sanitaria ha cambiado con la pandemia, es innegable. Al inicio, más de 20.000 sanitarios se contagiaron de Covid en sus lugares de trabajo, por lo que se ralentizó e incluso se suprimió gran parte de la actividad no esencial ni urgente.
Tras el estado de alarma se retomaron paulatinamente las actividades médicas y quirúrgicas de todas las especialidades. Es cierto que ahora, tras la segunda oleada, se han tenido que volver a suspender algunas actividades quirúrgicas, pero ha sido mínimo. Esto como he dicho, conlleva retrasos en las consultas y en las intervenciones programadas y aumento subsiguiente de las listas de espera. Es normal que surjan críticas por esto, pero estamos luchando para intentar minimizarlo y volver a la nueva normalidad.
¿Ya existen directrices sobre cómo se suministrará la vacuna? ¿Dispone la Atención Primaria de medios para dispensarla?
La Atención Primaria dispone de medios para vacunar a toda la población, al igual que se realiza todos los años con la campaña de vacunación antigripal.
Desde la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública se nos han comunicado datos sobre la vacunación Covid-19, que ya ha comenzado. Va a ser una campaña de vacunación escalonada y por grupos, con dos dosis separadas unas tres semanas.
Los grupos prioritarios de vacunación son los usuarios de centros residenciales y de discapacitados, junto al personal que trabaja en estos centros, todo el personal sanitario y sociosanitario de la red sanitaria (pública y privada) y las personas vulnerables y grandes dependientes. Posteriormente se irá ampliando a más grupos seleccionados y finalmente al resto de la población.
¿Qué cambios ha sufrido la Sanidad y, sobre todo, la Atencion Primaria que han llegado para quedarse?
Desde el inicio de la epidemia, con el estado de alarma y el confinamiento general se implantaron unas nuevas medidas sanitarias para luchar contra el coronavirus en los centros de Atención Primaria.
En la situación actual, pensar en el Centro de Salud como ha sido hasta hace unos meses, hoy es impensable, e incluso sería una irresponsabilidad volver a este modelo, y soy de la opinión de que se debe apostar por profundizar en la transformación del modelo iniciada. En términos prácticos, debemos potenciar las atenciones telefónicas y online, sin dejar de lado las consultas presenciales y domiciliarias que se precisen.
La telemedicina ha venido para quedarse y el uso de las nuevas tecnologías va a ser fundamental. Habrá trámites que se priorizarán hacerlos de este modo. Hasta no hace mucho, a la gente le caducaba la receta y tenía que pedir hora para su médico; ahora, la receta se renovará en gran medida sin pasar por la consulta. Esto ayudará a la desburocratización.
Estamos rediseñando ya algunas e-consultas, como puede ser la de Dermatología, con posibilidad de diagnósticos a distancia entre el médico de familia y el especialista dermatólogo. También se han adquirido pantallas, cámaras web y ordenadores portátiles para poder hacer consultas on-line en otras especialidades como Psiquiatría y Endocrinología e incluso, en un futuro próximo, con el propio médico de familia de Atención Primaria.
Es un campo muy amplio y paulatinamente se debe ir extendiendo la oferta. Pero este modelo no se puede implementar sin más, necesitamos la complicidad de la ciudadanía y de los profesionales.
Ahora tenemos una pandemia que se llama coronavirus, pero nadie nos asegura que dentro de un tiempo no tengamos otra.
Para finalizar, ¿es optimista de cara al 2021, cree que recuperaremos la normalidad perdida?
Soy optimista porque se vislumbra como inminente la vacunación masiva a la población, ya que no tenemos un tratamiento eficaz para la infección Covid-19. Junto a la potabilización del agua y la higiene de manos, la vacunación ha sido y sigue siendo una de las medidas preventivas con eficacia probada más importantes de la historia de la Medicina. No debemos olvidar que los beneficios de las vacunas en la actualidad son incalculables. Su impacto ha sido incluso superior al de los antibióticos, puesto que se calcula que solo en las últimas décadas han evitado la muerte a más de 20 millones de personas. La vacunación ha logrado aumentar la supervivencia de las personas, mejorar su calidad de vida y facilitar el desarrollo económico y social de la humanidad.
Solo así se explica que en España ya tengamos casi olvidadas enfermedades como el sarampión o la polio, y erradicada la viruela a nivel mundial.
Esto llevará implícito la recuperación de la normalidad perdida, aunque sin vaticinar fechas ni plazos. Es fundamental la inmunidad de rebaño para combatir este tipo de enfermedades pandémicas. La normalidad irá paralela a la disminución drástica de la incidencia y de la prevalencia de la infección Covid-19.