¿Cómo ha afectado la pandemia¿Cómo está transcurriendo el curso?
Ante todo está siendo un curso anómalo. Las expectativas que teníamos según lo vivido en el último trimestre del 2019-20 eran tan desalentadoras que estamos satisfechos. Hemos podido dar servicio a nuestros alumnos con un 100% de presencialidad gracias a la colaboración de toda la comunidad educativa y, ante todo y después de un esfuerzo tan grande, nos sentimos orgullosos de los resultados.
¿Con qué problemas se está teniendo que lidiar ahora a nivel académico?
A nivel académico el centro estaba preparado para dedicar prácticamente el primer trimestre a refuerzo de todos los contenidos aparcados durante el confinamiento. Sin embargo, somos muy conscientes del daño que les ha hecho a muchos alumnos pasar de curso con un número importante de suspensos. Han promocionado sin los conocimientos y estrategias necesarias y a lo largo del curso llegará un punto en que seguir el ritmo se les hará muy difícil. Necesitan mucho apoyo y refuerzo.
¿Y con los alumnos?
A diario se potencia en el centro una nueva normalidad en la que la mascarilla y la distancia han de formar parte de la rutina. Y no te voy a negar que, en ocasiones, les supone un problema, pero están siendo ejemplares en general. Desde el Barrachina sentimos una gran nostalgia por no poder llevar a cabo todas las actividades culturales y salidas que solíamos hacer y eso ellos no lo terminan de encajar. También es un grave problema que no puedan realizar actividades deportivas en el patio como les gustaría, no te voy a engañar. Pero, por ahora, logramos que se conformen.
Procuramos encontrar el equilibrio en este escenario tan agridulce que estamos viviendo y entendemos que no pueden estar sentados, por eso hemos consensuado una serie de actividades en las que tienen algo más de margen y al mismo tiempo se respeta el plan de contingencia.
¿Cómo cree que acabará este curso? y ¿qué cambios introducidos en la Educación llegan para quedarse?
Personalmente creo que vaticinar cómo acabará un curso que está siendo tan cambiante es muy arriesgado. El escenario sanitario manda y ciertamente condiciona toda nuestra actividad. Creo que si todos pusiéramos un poquito más de nuestra parte y asumiéramos la corresponsabilidad requerida, el final sería mucho más predecible.
Sin embargo, cuando damos dos pasos al frente nos confiamos y volvemos al aumento de contagios y, por tanto, a la incertidumbre que ello conlleva. Lo que el profesorado tiene muy claro es que, independientemente del escenario, nuestra labor continúa. No se aparca por un confinamiento y, de acuerdo con las herramientas que nos dan seguiremos operando, siempre velando por el bienestar de nuestros alumnos.
En cuanto a los cambios que han venido para quedarse, el uso de las plataformas online es una gran herramienta para incorporar al aula, nunca para sustituir la docencia presencial. En la relación alumno-profesor hay mucho más que un libro o unas actividades, hablamos de emociones, de vivencias, de experiencias, de intercambios, de relaciones humanas, que obviamente a través de una tablet o en un chat son imperceptibles. Nos valen como excepción, pero no como único sistema. Eso en educación es inconcebible.