Una investigación de la Policía Nacional sobre una red de ocupación de viviendas que se dedicaba a realquilarlas a familias con pocos recursos, ha concluido con la desarticulación de una importante organización, que operaba transnacionalmente, cuya principal actividad se centraba en utilizar la información obtenida de otros entramados con los que operaban para traficar con drogas para robarles con violencia su mercancía y comerciar posteriormente con ella.
La operación ha finalizado con la detención de todos los miembros de este entramado, un total de ocho personas, y la incautación del mayor alijo de pastillas de éxtasis MDMA de los últimos años, tras los registros efectuados en tres domicilios de Ibi, Aspe y Novelda.
En total se han incautado 87.674 gramos de pastillas éxtasis (MDMA) que arrojan un total de 153.004 pastillas aproximadamente; 419 gramos de heroína; 0,600 kg de cocaína en roca, una plantación con 32 plantas de marihuana y 270 gramos de hachís.
Además de la sustancia estupefaciente, también se ha intervenido 30.200 euros de dinero en efectivo, dos vehículos y un arma corta del calibre 7’65, así como diversos dispositivos GPS de balizamiento que supuestamente utilizaban para perpetrar los robos de la droga.
Los detenidos, seis varones y dos mujeres, de nacionalidades española y argelina, con antecedentes previos y edades comprendidas entre los 29 y 54 años de edad, a quienes se les imputan los delitos de participación en organización criminal, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, han sido puestos a disposición de los Juzgados de Alicante, decretándose para seis de ellos el ingreso en prisión provisional.
Inicio de la investigación
Las investigaciones comenzaron a finales del verano, como continuación de una operación contra redes de ocupaciones de viviendas, según informa la Policía Nacional.
Esta operación anterior, terminó con la detención de siete personas como componentes de un entramado formado por ciudadanos de origen árabe y español que se dedicaban presuntamente a forzar viviendas y allanarlas, para después realquilarlas a familias con pocos recursos económicos por elevados precios que llegaban hasta los 3.000 euros.
Sin embargo, esta actividad era la punta del iceberg que ocultaba otra aún más compleja.
Los agentes de la Policía Nacional pertenecientes al Grupo I de crimen organizado, incardinado en la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante, descubrieron que este entramado se ramificaba hacia otras redes de delincuencia más peligrosas, siendo el tráfico de drogas transnacional su principal actividad.
Tras un laborioso trabajo de campo de los agentes dedicados al operativo, se pudo saber que el principal cabeza de la trama era un peligroso delincuente de un clan familiar con relaciones con otras redes internacionales dedicadas al narcotráfico, con conexiones en Holanda y norte de África.
El cabeza de esta trama aprovechaba la información que obtenía durante sus ilícitas transacciones con estas otras redes para filtrarla a un segundo escalón del entramado que estaba liderado por un varón de origen magrebí, quien se apoderaba de la droga mediante robos con violencia o fuerza en los lugares donde la ocultaban para después comerciar con ella.
Tras obtener el alijo, se obligaba bajo graves coacciones al componente de un tercer escalón a guardar en su domicilio toda la sustancia estupefaciente mientras se comerciaba con ella, siendo este el punto de conexión con el allanamiento y ocupación de las viviendas.