Agentes de la Policía Local detuvieron el 13 de julio a un individuo que, presuntamente, intentaba okupar una vivienda de forma ilegal de la calle Santa Elena.
La detención fue posible gracias a la colaboración ciudadana, ya que fue un vecino quien llamó al retén policial alertando de que había escuchado un fuerte golpe en la casa contigua a la suya, deshabitada desde hacía tiempo, y había visto a un hombre acceder al interior. A instancias del vecino, el hombre le explicó que había comprado la propiedad junto a otro amigo y la iban a rehabilitar.
De inmediato, se personó una patrulla policial, quien observó que varias piezas de pavés de la fachada principal, habían sido separadas con un macetero situado en la entrada y, tras localizar al presunto autor, este reconoció que había entrado al interior del inmueble de esa manera y, además, llevaba las manos manchadas de sangre a causa de los cortes que se había hecho.
Dado que no había garantías de que estuviera diciendo la verdad, por la cantidad de antecedentes penales que tiene por los mismos hechos, los agentes procedieron a su detención por un presunto delito de robo con fuerza en el interior de domicilio. El hombre fue trasladado al servicio de urgencias para que le curasen las heridas y posteriormente fue ingresado en los calabozos de la Guardia Civil quedando a disposición de la autoridad judicial.
Hace falta una ley sin complejos contra las ocupaciones ilegales: 24 horas maximo para desalojo policial e invitacion a ocupar una celda durante un par de años mínimo. Debe protegerse la propiedad privada frente a esta nueva ola de ocupaciones.