El Ayuntamiento tiene previsto ejecutar este año la nueva rotonda que regulará el tráfico en la intersección entre las avenidas Azorín con Miguel Hernández. El ámbito de actuación se extenderá al tramo de la avenida de Azorín entre Juan Carlos I y calle Virgen de Guadalupe y a las confluencias entre avenida de Azorín y calle Miguel de Cervantes, y avenida Miguel Hernández y calle la Vía.
El presupuesto de licitación es de 214.208 euros, siendo el presupuesto de ejecución material de 180.006 euros. Según explica el concejal de Urbanismo, Santiago Cózar, “este proyecto se ha solicitado para dar solución a un problema de tráfico, ya que es una zona conflictiva en cuanto a accidentes” y cuenta con una subvención de la Diputación dentro del programa inversiones financieramente sostenibles (fondo de cooperación).
El objeto de las obras proyectadas, indica el edil, es la transformación de la intersección de dos avenidas principales de la localidad en una rotonda urbana que dinamice el tráfico rodado, reduciendo el tiempo de espera en parado de los vehículos que circulan por la avenida de Miguel Hernández, carentes de prioridad de paso.
Las obras comenzaran en primavera y tendrán una duración aproximada de cuatro meses. Está previsto, además, modificar el alumbrado público y mejorar la red de abastecimiento de agua.
Además, se repondrán arquetas y registros afectados de las obras, así como imbornales y defensas de drenaje previos a la rotonda y la señalización se adaptará a la nueva realidad, todo ello siempre cumpliendo la normativa de accesibilidad.
Según indica Cózar, la regulación del tráfico entre las dos avenidas se rige ahora por semáforos, “un modelo que no ha resultado ser una solución efectiva dentro del entramado urbano, debido a los condicionantes de tiempos de paro y marcha que afectaban a otra vía tan importante como es la avenida Juan Carlos I, arteria principal de la localidad”.
En cambio, las otras soluciones de regulación de tráfico con la formación de rotondas en los nudos principales del viario local, “han resultado satisfactorias al proporcionar dinamización del tráfico en las calzadas rodadas, regulando el tráfico en aras del ahorro energético y logrando un aumento de la seguridad vial. Por todo esto, y de manera justificada, la solución adoptada en este proyecto es la transformación de la intersección de las dos avenidas en una rotonda urbana”, concluye el concejal.