La historia de PEPRI arranca en 1969, pero hay que remontarse a mediados de la década anterior para contextualizar sus orígenes. José Prieto, su fundador, llegó a Ibi en 1955 desde El Carpio (Córdoba) buscando un futuro mejor. En la villa ibense tenía un familiar trabajando en Claudio Reig, su tío Pedro, y gracias a él hizo las maletas para instalarse en un pueblo que despegaba por la industria. Como sabía escribir, desempeñó el puesto de fichero en esta empresa. Al mismo tiempo, realizó por correspondencia un curso de contabilidad y eso le abrió las puertas de Moltó & CIA.
En su afán por no estancarse y progresar, quiso también diseñar algún juguete. "Si todo el mundo lo hace, por qué no yo", recuerda su hijo Pedro, actual gerente de PEPRI. Elaboró un pajarito y un pequeño caballo. MOLTÓ, en la Feria de Valencia, le prestaba un estante para mostrar estos modelos. Clientes de MOLTÓ hacían pedidos de esos juguetes de José Prieto, que eran montados en casa por su esposa, María Fernández.
En 1969 Prieto se independizó. Compró una pequeña máquina, contrató un empleado, y en los bajos del minúsculo local de su vivienda arrancó el sueño de PEYPRI. Hacia 1974 se trasladó a la ubicación actual de la empresa.
En los 80 la crisis del juguete se cebó con las industrias de la comarca. PEYPRI no pudo sortearla del todo y pasó a ser PEPRI, Sociedad Anónima Laboral con sus trabajadores, que adquirieron una parte de ella. Así fue hasta bien transcurridos los años 90, momento en el que paulatinamente recompró las acciones para volver a ser una SL. En ese periodo de transición, PEPRI observó que aparte del producto propio podía dedicarse a la subcontratación. En vez de invertir en nuevos modelos de juguetes, optaron por la adquisición de maquinaria –todas de soplado– hasta las diez que poseen hoy día. Están capacitados para fabricar piezas técnicas de soplado que van desde los 10 gramos hasta los 14 kilogramos.
PEPRI está inmersa en un proyecto innovador de robótica apoyado por AIJU y financiado por CDTI, que permite la automatización de procesos de desbarbado de materiales termoplásticos de gran volumen. El objetivo es implementar sistemas flexibles basados en robots colaborativos. Esto se traduce en un aprovechamiento máximo de los recursos disponibles, facilitando la coexistencia tanto de operarios como de robots.
Los orígenes forman parte del ADN de PEPRI, que no ha querido dejar de lado el juguete por el que siente un especial afecto al formar parte de su génesis. Un 5% de su facturación anual es de este sector.
Después de dos ampliaciones, motivadas por el crecimiento sostenido y responsable, PEPRI dispone de unas instalaciones de casi 4.000 metros cuadrados, amplias zonas para producción y logística y una media de 15 empleados anuales.
La tercera generación –nietos de José Prieto– da continuidad a un proyecto de empresa familiar que posee unas bases sólidas y está consolidado.
Por otro lado, PEPRI cree profundamente en el asociacionismo y en los valores empresariales que ello representa. En este sentido, forma parte de IBIAE y de AIJU.
Acto conmemorativo del 50 aniversario
Uno de los momentos más emotivos de este medio siglo ha sido la celebración que reunió a operarios actuales, extrabajadores y colaboradores que han formado parte de la gran familia de PEPRI. Con este evento, al que también asistieron el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, y el alcalde de Ibi, Rafa Serralta, culminaron los actos del 50 aniversario. Los asistentes visionaron proyecciones con imágenes de los juguetes de época de PEPRI, fotos antiguas y actuales de la empresa y también el vídeo de 'Ibi, la gran fábrica'.
Desde PEPRI desean agradecer a clientes y colaboradores su consideración durante todos estos años.