Un séptimo puesto para Jorge Ureña en el Mundial de Atletismo en pista cubierta sabe a poco para el plusmarquista nacional en heptalón y campeón europeo en 2019 de la modalidad.
La lesión de tobillo que arrastra el atleta colivenc durante varios meses ha sido un lastre para alcanzar una mejor posición. Aun así, Ureña compitió con su garra y fuerza mental de siempre.
En la segunda jornada en la capital serbia, el que fuera campeó de Europa en pista cubierta alcanzó un cuarto puesto en los 60 metros con vallas, con un tiempo de 7’98 segundos, que le llevó a los 984 puntos en la clasificación general. En la pértiga, séptimo puesto con una altura de 4’8 metros (849 puntos). Y cerró la jornada vespertina con un muy meritorio cuarto puesto en los 1.000 metros que cerraban la competición (848).
José Ureña, padre del atleta olímpico y uno de sus dos entrenadores, ha confesado que “de no ser por la lesión, el plusmarquista nacional hubiera sumado doscientos puntos más, lo que equivaldría a un cuarto puesto en la clasificación, haciendo sus marcas habituales, y tal vez hubiera alcanzado el podio.”
La medalla de oro fue para el atleta canadiense y sorprendente campeón olímpico en Tokio 2020, Damian Warner, que firma la segunda mejor marca de la historia del heptatlón en pista cubierta con 6.489 puntos.
Ureña padre, recién llegado de la cita de Belgrado, comenta que ahora el objetivo es la recuperación de la lesión a través de los tratamientos médicos y descanso.
El Europeo de Múnich en agosto, y el Mundial en Oregón, en julio, son las siguientes citas internacionales donde Jorge Ureña podrá volver a demostrar su gran nivel competitivo.