Eusebio Cáceres acabó claramente decepcionado de su actuación en el Campeonato de Europa de Atletismo, celebrado del 15 al 21 de agosto en Múnich, donde las medallas estaban claramente al alcance de su potencial -plata y bronce en 8,06-.
Fue en su quinto salto en el que el colivenc se quedó a dos centímetros de los 8 metros (7’98), su mejor registro en la final. Para entonces el griego Tentoglou, campeón olímpico en Tokio, subcampeón del mundo en Eugene y campeón de Europa en 2018, ya se había situado en el liderato, con un cuarto intento de 8’52, récord de los campeonatos, con el que revalida el título continental.
Como ya le ocurriera en el Mundial de Moscú y en el Europeo de Zúrich, Cáceres se quedó de nuevo a un paso del podio, cuarto, después de que se anulara el salto de 8’06 del británico Fincham-Dukes, que cayó de las medallas. La cuarta plaza, su posición maldita: «Lo que me faltaba, ya lo tengo en todas las competiciones posibles», comentaba mientras salía del estadio junto a Héctor Santos, su compañero, que fue sexto, con 7’82.
Cáceres, de 30 años, nunca ha subido, a pesar de su incuestionable calidad, al podio de uno de los grandes campeonatos.
El pupilo de Juan Carlos Álvarez reconocía que esta vez estaba tocado: «No sé explicarlo. Sé que mi condición física es increíble, pero en cuanto le pegaba fuego al cuerpo se iban los saltos para todos los lados, y sin más. Esta vez sentía que lo tenía ahí y se me sigue escapando. La diferencia es que siempre me he visto capaz de todo pero ahora mismo no lo puedo pensar. Esta vez me ha pegado más y me va a costar. Me jode mucho».