Antonio Blanco ha dicho adiós como profesor de artes marciales en un acto organizado en el polideportivo de Ibi y que congregó a expertos de otras disciplinas en una jornada cargada de emotividad y nostalgia.
Han pasado 48 años y el sensei quiere expresar la confianza depositada en él a aquellos alumnos que han pasado por sus manos.
“Ha sido toda una vida, un trabajo muy complicado porque he trabajado con personas; pero si te gusta, como es mi caso, es muy gratificante”, comenta.
“El 3 de abril viví una jornada muy emotiva, volví a encontrarme a amigos y compañeros de otras comunidades autónomas que no veía desde hace años. Todavía estoy digiriendo la cantidad de emociones que experimenté. Me siento pleno y satisfecho. Ahora tengo por delante un año que se lo dedicaré a mi familia”, –confiesa Blanco– “después no descarto realizar alguna actividad para los demás”.
Cerca de 150 personas disfrutaron de una jornada matutina donde pudieron practicar artes marciales al lado de algunos grandes maestros compartiendo una despedida a toda una vida dedicada al noble arte de la disciplina mental y física.