Con el fin de las vacaciones, las casas de campo y segundas residencias ubicadas en el término de Castalla comienzan a quedarse deshabitadas, circunstancia que aprovechan los amigos de lo ajeno para saquearlas.
Fuentes de la Guardia Civil consultadas por Escaparate señalan que esta tendencia se repite cada año, por lo que piden a los propietarios de las casetas que extremen las precauciones para evitar en lo posible la proliferación de este tipo de robos, donde en ocasiones no provocan más que destrozos, por tratarse precisamente de residencias de verano sin demasiados objetos de valor.
En la última semana, la Guardia Civil de Castalla ha intervenido en al menos cuatro casos de robos en casas de campo, pero podrían ser más, puesto que no todos los dueños acaban denunciando los hechos.
Tres de estos robos, propios de delincuencia común y sin un botín serio, tuvieron lugar durante la noche del lunes 24 de septiembre en la partida rural de Turriá. Otro robo más grave, por la cuantía de lo sustraído, se produjo en la zona de Caseta Espí la noche del sábado 22, cuando los ladrones se llevaron dinero, joyas y una furgoneta.