En los últimos años, la climatología en la Foia de Castalla se está caracterizando por un claro aumento de los temporales de nieve junto con el incremento de la precipitación en forma de lluvia; además de otros fenómenos atmosféricos, como nubes de partículas de polvo venidas desde el norte de Argelia, vendavales de Levante, tramuntana fuerte, nieblas nocturnas y temperaturas muy bajas durante las noches en todas las estaciones del año, que se repiten cada vez con más frecuencia, según explica José Castañer, agricultor, fotógrafo y profesional que desarrolla diversos trabajos en el medio ambiente, especializado en climatología tras los largos años dedicados a la recopilación de datos.
Este situación, indica Castañer, “es como si el tiempo atmosférico estuviera un poco alterado en estos momentos, señal de que algún cambio severo y más prolongado en el tiempo puede estar desarrollándose, como ocurría antaño”. Y aunque está inestabilidad se sigue alternando con años de pocas precipitaciones y mucho calor, “la tendencia se dirige claramente a que se vayan produciendo más lluvias y más nevadas”. Esta es, al menos, la conclusión a la que ha llegado José Castañer con los datos que ha ido recogiendo desde 1996 y contrastando con los obtenidos por la antigua almazara de Ibi y por el Círculo Industrial de Alcoy.
Cada vez más nevadas
Castañer indica que la nieve aparece cada vez con mayor frecuencia en Ibi en los últimos años y asegura que “nos tendremos que acostumbrar a las nevadas que había antiguamente”. Eso sí, añade, “si son nevadas suaves como hasta ahora, será más llevadero, pero si nieva bruscamente habrá problemas, hasta que nos habituemos”.
Entre su anecdotario, recuerda Castañer un dato curioso relativo a la procesión del Santo Sepulcro. “Años atrás se sacaban en procesión los santos para los fenómenos meteorológicos y era habitual que la climatología del lugar se relacionase con las procesiones para bien de la agricultura, este Santo en concreto salía solo en Viernes Santo a las 7 horas y lo llevaban 14 hombres que eran quintos que se iban a la mili al año siguiente (son datos que me explica mi buen amigo César Vidal historiador y coleccionista Ibense). Y fue que desde que sacaron en procesión el Santo Sepulcro en 2013 después de muchos años que está nevando más veces en el pueblo”.
Otro dato curioso es el que ocurrió en 2014. “Fue un año donde llovió poco, recogí solo 194 litros por metro cuadrado y coincidía con dos fenómenos juntos: el del Niño meteorológico y el del ciclo solar, que era el número 24 desde el año 1755 que lleva 11 años (siete años por un lado y cuatro, por otro), y que se puede observar en los anillos de crecimiento de los árboles. ¿Será por eso que no llovió mucho? Parece que sí hay alguna relación con todo esto”, agrega Castañer.
Trayectoria de las tormentas
La recogida de los datos se realiza durante el llamado ‘año agrícola’, que va desde septiembre a septiembre y en cada pluviómetro, de los que hay repartidos por toda la comarca, se suelen registran datos diferentes.
Eso se debe, indica José Castañer, a la orografía del terreno, que en el caso de esta zona es muy cambiante, y dependiendo de por donde entren los vientos, las nubes y los temporales, provoca que llueva o nieve más en algunos lugares que en otros. Lo que tiene claro, con los datos en la mano, es que “la tendencia es que llueva y haga más frío cada año”.
Otro factor importante a tener en cuenta es la trayectoria que realizan las tormentas. Según explica, dependiendo de por donde entren “siempre realizan el mismo camino y hay unas zonas donde la precipitación es mayor porque hay puntos de energía que se establecen en las fallas del terreno y allí descarga con más intensidad”; un fenómeno que lleva observando desde hace más de veinte años.
Por esta razón, llueve más en el término del Carrascal de Ibi, en el montaña de Biscoi, al principio de la Canal, en la parte alta del municipio y en el pozo de nieve de Santa María, Cava Blanca o del Barber, como se le quiera llamar.
Precisamente, sobre este pozo, Castañer señala que existen fotografías antiguas de finales de los años 90, donde el pozo conservaba todavía las tejas en el techo y debido su color blanquecino fue por lo que recibió el nombre de Cava blanca.
Aumentan las lluvias y el frío
Aunque entre 1996 y 2003 existen años donde se han recogido entre 300 y 500 litros de lluvia por metro cuadrado, es a partir de 2006 cuando cambia la tendencia y comienza de periodo de mayor precipitaciones, que se mantiene a fecha de hoy.
Solo destacar algún periodo esporádico como el del 2013-2014, donde únicamente cayeron 194 l/m2. Además, 2013 fue el año donde más auroras boreales se observaron “¿afectó al clima ese año?”, se pregunta Castañer.
2012-2013….. 729 l/m2
2013-2014….. 194 l/m2
2014-2015….. 515 l/m2
2015-2016….. 322 l/m2
2016-2017….. 1.017 l/m2
2017-2018….. 598 l/m2
2018-2019….. 480 l/m2
2019-2020….. 1.152 l/m2
En cuanto al frío, Castañer señala que ya se ha registrado días y noches del mes de agosto con temperaturas especialmente bajas. Recuerda como, por ejemplo, hubo en agosto de 2020 una tormenta de granizo que hizo descender la temperatura hasta los 4º en una altitud de 1.200 metros y a -2º en la sierra de Mariola.
También señala el hecho de que en estos últimos años ha habido noches del mes de julio donde “han bajado bastante la temperaturas y ha hecho mucho fresco, tirando a frío, incluso algún día entero de julio que ha estado cubierto de nubes y chispeando, sin apenas calor”.
Y otro dato más, el temporal Filomena está entre los 50 grandes temporales del siglo XXI, lo que denota, indica, un incremento de fuertes temporales batiendo récords en meteorología. Además, también se forman más huracanes al mismo tiempo y se ha observado que la velocidad de los vientos está acelerándose estos últimos años, lo que influye “bastante en el clima”.
Los conocimientos y la observación sobre el terreno han permitido a José Castañer extraer muchas conclusiones en estos veinticinco años; todo ello, además, bien fundamentado con un registro minucioso y detallado de los ciclos atmosféricos y las lluvias.
Por eso, señala la importancia de contar con todos los factores que intervienen para obtener unos buenos resultados. Y entre esos factores, hay que tener en cuenta que la atmósfera se carga y descarga de electricidad. Explica, por ejemplo, “en verano hay un máximo de esa carga entre las seis y las siete de la mañana y entre las cinco y las seis de la tarde hay un mínimo, esto influye muchísimo en la lluvia o nieve y sobre todo en las descargas en forma de rayos”.
Todo ello, además, “junto con el ciclo de las cuatro y de las diez de la mañana, donde existe un mínimo de presión atmosférica, y el de las cuatro y las diez de la tarde, con un máximo de presión, y donde se pueden formar desde las nieblas hasta los cumulonimbos”.
Así pues -concluye- tras los registros obtenidos y todo lo observado, estudiado y aprendido de la gente mayor, así como de los datos científicos “cada vez está más cerca un tiempo atmosférico más severo que el actual o más intenso, ya que la versiones oficiales se van modificando de año en año. Hay un constante cambio climático, que va registrando un tiempo atmosférico diferente en cada lugar y conforme va pasando el tiempo, el cual va desarrollando diversos efectos que se producen en la atmósfera, unas veces más intensos, otras menos, otras más habituales, otras menos, en cada situación los animales y las plantas se van adaptando”.
Obsérvese el comportamiento de los agricultores de la región, que queman la madera sobrante de sus campos casi todo el año. ¿No entienden ustedes, españoles, que la quema de las ramas de los olivos y almendros en sus tierras libera más contaminación por partículas que todos los vehículos y empresas de la regiónLa quema de madera es la segunda fuente de dioxinas en esta zona. Estas dioxinas acaban en el mar, los arroyos y el suelo, donde se acumulan en los peces y el ganado.Teneis que pensar
Tan preocupados que estábamos por el calentamiento global y ahora resulta que es al revés que llegan lluvias, nieve y frio. En cuanto a las temperaturas que puede significar que en 100 años suba 1 grado y que al siguiente siglo baje un grado. Creo que es un gran negocio de unos cuantos con esta Gran Mentira del Calentamiento Global, entre ellos Al Gore y ahora los de la Agenda 2030. Siempre hubo ciclos climáticos, recuerden la pequeña edad de hielo.
Para Maribel, el cambio climático no es que solo vaya a subir temperaturas, que lo estan haciendo, 2021 ya empieza a ser el año mas caluroso de la historia, ya lo fue 2020, y 2018. Hará mucho frio en invierno y mucho calor el resto de año, destruyendo cosechas, y haciendo inhabitables muchas zonas del planeta, por desgracia ya es inevitable con lo que lo podrá comprobar usted misma y mientras tanto negar su existencia en foros de internet...