EDM-Additive es un proyecto avalado por un consorcio de empresas e instituciones europeas coordinado por la empresa Talleres Tibi, fundada en Tibi en 1984, que se dedica al molde y transformación de plásticos y que actualmente tiene su sede en Castalla.
El objetivo de este proyecto, en el que también participa el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (AIJU) de Ibi junto con la Universidad de Las Palmas y las empresas Add North 3D y +90 3D Digital Factory, era desarrollar un nuevo material para impresoras 3D capaz de transmitir electricidad.
El resultado de la investigación ha sido una nueva formulación que combina el PVDF (fluoruro de polivinilideno) con el grafeno; este material para la impresión en 3D permite la transmisión eléctrica, pero bloquea los campos electromagnéticos. Esto hace que sea especialmente adecuado para ser utilizado en equipamientos médicos, puesto que evitaría las interferencias que se pudiesen dar entre los dispositivos electrónicos que se utilizan en los hospitales.
Pese a que el mercado de los filamentos electro conductores para impresoras 3D es todavía joven, este nuevo material podría tener un futuro muy prometedor, puesto que existe una gran demanda de piezas transmisoras de electricidad que se puedan fabricar en impresoras 3D y que sean capaces de rechazar campos electromagnéticos. El nuevo material del proyecto EDM-Additive permite reducir en un 30% el coste y en un 40% el tiempo de fabricación de las piezas. Además de para la fabricación de equipamiento médico, las características del nuevo material plástico lo hacen especialmente interesante también para el sector del automóvil y el de las telecomunicaciones.
Igual que ha sucedido con la Realidad Virtual (VR) y Aumentada, que daba la impresión de que solo eran interesantes para el sector del entretenimiento, la impresión en 3D ha ido ganando en importancia, y cada vez son más las aplicaciones que se encuentran para estas tecnologías.
De hecho, tanto la impresión en 3D como la VR, junto con la robótica, la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) o la nanotecnología, forman parte de lo que se ha venido a llamar como “Industria 4.0”. Esta industria de las nuevas tecnologías ha dejado de ser un proyecto futuro, y se considera ya la “Cuarta Revolución Industrial”.
La Primera Revolución Industrial rompió con una sociedad fundamentalmente agrícola, y fue la de una mecanización apoyada sobre todo en los sectores del hierro y el textil. En la Segunda, de finales del siglo XVIII y principios del XX, lo revolucionario fue la producción en masa. A finales del siglo XX llegó la Tercera Revolución Industrial, la de la era digital.
La Industria 4.0, compuesta de “fábricas inteligentes”, sienta las bases para una sociedad 5.0 que, según un estudio reciente, en unos años, podría suponer para España el impulso de la industria en un 18%, generaría alrededor de 220.000 nuevos trabajos y promovería el cambio hacia un modelo económico más sostenible.
Desde hace años, empresas como Talleres Tibi han venido trabajando para ser fuerza motora de esos cambios, en lugar de esperar a que ocurran. La I+D+i es uno de los ejes de esta empresa, de ahí su asociación con AIJU, un referente para la innovación industrial no solo de la zona, sino de toda la Comunitat.
La nueva formulación para desarrollar un plástico eléctrico que sirva a las impresoras 3D es fruto de las investigaciones que se llevan a cabo con la colaboración de AIJU, pero el instituto tecnológico ibense también realiza una importante labor pedagógica que afecta de manera directa a la comarca.
De la necesidad de sentar las bases de la Industria 4.0 para la supervivencia y prosperidad del tejido industrial de la Hoya de Castalla, surgen iniciativas como los cursos de formación que AIJU llevará a cabo en los próximos meses. Serán dos cursos gratuitos, que se desarrollarán entre julio y noviembre, y girarán en torno a la empresa 4.0 y la industria del plástico.