Pepe Soler lleva once años al frente de la concejalía de Fiestas de Biar, en varias legislaturas, y conoce bien el trabajo que requiere su organización y la importancia que tienen las fiestas patronales para la economía, la cultura y la hermandad de un pueblo.
Después de dos años suspendidas por la pandemia, las fiestas de Moros y Cristianos vuelven a celebrarse y toda la gente “las espera con mucha ilusión y con ganas de vivirlas”.
Reconoce Soler que la economía local se ha resentido mucho por este parón “tanto en la restauración como talleres de confección de trajes y por supuesto en los músicos, pues sin música no hay fiesta” y confía en que este retorno suponga un aumento en la participación de festeros, “aunque hasta el día 14 no lo sabremos”.
El concejal está muy satisfecho con el diseño de las fiestas de Biar y asegura que no modificaría nada, pero admite que “los tiempos de ahora reclaman cambios en las fiestas” y señala que los actos que más le gustan son la Bajada de la Virgen con el encendido de las hogueras, el baile de las Espies, la procesión del día de la Patrona y las embajadas.
Ahora, en vísperas de su celebración, Pepe Soler desea “ante todo que nos cuidemos y disfrutemos y, sobre todo, que la Mare de Déu de Gracia nos proteja y cuide a todos en general y, también, invitar a todos los pueblos vecinos a que vengan a visitarnos”.
Los Moros y?Cristianos volverán a llenar las calles como siempre porque “la novedad de este año es que volveremos a vivirlas”.