La revolución digital llegó al mundo analógico hace más de un década y lo impregnó todo. No hay sector que no se haya visto afectado o influenciado frente al tsunami de los algorritmos.?Empleo, empresa, administración, etc, y por supuesto, el sector editorial, han tenido que adaptarse a este cambio tecnológico tan abrupto.
A este último, al editorial, se le vaticinaba una caída espectacular que iba a llevarse a más de una empresa editora por delante. Pero los datos de los últimos cuatro años están dando un revés a esa predicción tan catastrofista.
Es cierto que hoy en día, el papel está conviviendo con el digital de forma complementaria y autosuficiente a partes iguales. Los más jóvenes parecen que optan por el digital, pero tampoco se olvidan del papel, a tenor de los datos que se manejan en el último año. Y los lectores que han nacido y desarrollado con el libro de papel, es decir, los más maduritos, siguen apostando por el tacto, olor y sonido de las hojas encuadernadas de una obra literaria.
Datos de 2018
En conjunto, la facturación por venta de libros editados registró en el 2018 un incremento del 1,9%. El avance fue del 2,04% en el caso del papel, mientras que el ebook retrocedió en un 0,1%, esto último en línea con lo que viene ocurriendo en el resto de Europa. Las librerías y cadenas de librerías se mantuvieron el año pasado como los principales canales de ventas de libros.
El crecimiento, sin ser muy cuantioso, resulta especialmente apreciable teniendo en cuenta que se trata del quinto aumento anual consecutivo, una grata noticia para lo amantes del papel y para todo el sector editorial en España.