El período comprendido entre el 11 de agosto y el 15 de septiembre ha sido la explosión de la carrera de Marina Castelló, judoca de 20 años, natural de Castalla.
El primer metal vino en el Campeonato del Mundo junior disputado en Ecuador y el segundo más cerca de casa, en Praga. Estos dos bronces asientan un poco más a la joven judoca que había tenido problemas para plasmar su talento en el tatami, por lo que esta consecución ha supuesto un bálsamo y un chute de energía para afrontar el futuro en la categoría absoluta.
Dentro de un mes llega el Campeonato de Europa sub-23 que se disputará en Albania, y las dos medallas cosechadas le dan un impulso muy grande para ir a por el metal más preciado, el oro. Castelló ya sube a categoría absoluta.