Por José Luis Fernández Rodrigo, periodista
“Cada vez que oigo al subnormal del ‘Coletas’ hablar de dar más ayudas sociales me pongo enfermo, no tiene ni idea…” La afirmación viene de un economista amigo mío. Y me consta que lo dice convencido y que en su mente calculadora tiene los números que sustentan este comentario. Con fundamento. Claro, que a mí el discurso de que las cuentas del Estado están ya muy ajustadas y no se pueden prometer milagros alegre e inconscientemente no me termina de cuadrar.
Como cuando nos alertan de que el día que nos jubilemos no habrá dinero para nuestras pensiones, otro aviso que ha calado hondo y se ha convertido en transversal: gente que todos conocéis, de cualquier edad, condición, de derechas o de izquierdas, todos están convencidos de que así será y nos convertiremos sin remedio en yayos pobres (si no contratamos un plan de pensiones privado, claro)
En fin, voy a rescatar un par de datos recientes, de esta semana, para sugerir ideas a la hora de encontrar un poco de “calderilla” entre los cojines del sofá. Nuestro Gobierno ¿progresista? acaba de hacer un pedido de 32.644 millones de euros en aviones, submarinos y otros “juguetes” en los próximos años, a 100 milloncetes el caza (quién los cazara…) Y me pregunto: ¿no estábamos en la OTAN? ¿Quién nos va a invadir, Marruecos? Si así fuera, ¿nuestros aliados mirarían para otro lado, como cuando Franco? Entonces, ¿para qué estamos en la Alianza Atlántica?
Ese pastizal en material de guerra puede ser la punta del iceberg. Vaya usted a saber cuántos compromisos tenemos de tirar de talonario generosamente con otros países que fabrican más armas que nosotros y porqué debemos cumplir con ese impuesto revolucionario. Porque también acabamos de comprarnos un dron que ríase usted de los taxis voladores de la película “Blade Runner”: ha costado 158 millones más y su mantenimiento sale por 80 al año. “¿Qué aceite le pongo? Cualquiera”, como decía el cómico anuncio de publicidad en televisión. En serio, ¿cómo son las revisiones de ese aparato y los cambios de filtros o lo que lleve dentro?
Otro amigo mío, que no es economista, sino político vocacional con principios, ilusión, y no cobra nada por ese “vicio”, es decir, que no tiene cargo público, compartió conmigo unas sabias palabras cuando le conté estos dispendios en gasto militar: “Seguro que hacen falta aviones, y sobran pensionistas, según algunos, ¡qué mundo más contradictorio!”