La suspensión de las fiestas patronales de Moros y Cristianos por segundo año consecutivo está siendo un duro golpe para los municipios afectados, entre los que se encuentra Castalla.
¿Cómo cree que está afectando esta paralización en la población?
Son varios los sentidos en los que afecta esta tremenda y trágica paralización.
Por un lado, el estado anímico y moral de las personas se ve gravemente afectado, ya que para muchas personas y familias supone una serie de sueños e ilusiones no cumplidos. Muchas personas ven en nuestras Fiestas Mayores una forma de agradecimiento y de ofrenda, por lo que día a día van consiguiendo o pretenden conseguir, a la par que nuestras Fiestas Mayores, son un motivo más para reunirnos con nuestros familiares y amigos. Y lo que es más importante, supone disfrutar positivamente de alegrías y celebraciones.
Por otro, evidentemente el impacto económico ha sido y es brutalmente negativo. Empresas de servicios de catering, músicos, establecimientos de hostelería, autónomos, empresas de transportes, modistas, aparadoras, empresas de productos de alimentación básicos y un largo etcétera viven y subsisten gracias a la celebración festera. Todo esto ya hace la friolera de dos años, donde están paralizadas todas estas actividades.
Asimismo, existe un impacto sociológico, diría yo, que tiene mucho que ver también. Los usos y costumbres están cambiando, lentamente, pero cambiando. Los foros de relación personal festera están trasladándose a otras ubicaciones, produciendo una descentralización de las distintas celebraciones familiares y de amistad, a sitios y lugares no controlados desde el punto de vista sanitario. Me preocupa que en su momento no seamos capaces de retomar el pulso normal de nuestras festividades y tradiciones y que optemos por seguir en algún lugar de celebración, donde todo sea más fácil y distendido de celebrar.
Creo que el virus covid-19, ha venido para quedarse con nosotros. Tenemos pues que aprender a convivir con él. Eso no significa ausencia de celebraciones festeras, pero sí mayores exigencias de concurrencia y de aforos, en lugares tanto públicos como privados.
Las administraciones públicas, como el Ayuntamiento, están haciendo un gran esfuerzo económico para ayudar a todos los sectores y ciudadanos, pero ¿hasta qué punto los negocios más vinculados y dependientes de la Fiesta van a poder aguantar este parón?
Las ayudas que las distintas administraciones públicas han arbitrado han ido en la línea de no diferenciar empresas y profesionales llamados festeros, del resto de empresas y establecimientos de nuestra ciudad. Pero creo que los negocios vinculados a la Fiesta, lo están pasando muy mal, al igual que el resto del tejido económico y comercial de nuestra ciudad.
De unas actividades relacionados con la Fiesta, que en su momento, ya hace muchos años, aparecieron de forma muy tímida, ahora se han convertido en auténticos protagonistas y motores de la actividad económica y de creación de empleo. Incluso, además, creo que el famoso PIB, que nos cuentan en las noticias los medios de comunicación, ya se ve muy influenciado en su contenido con el concurso de los negocios festeros.
¿Es optimista de cara a ir retomando la normalidad de cara a los próximos meses?
Soy optimista, pero hay que ser muy prudentes. Las sucesivas oleadas de variantes del covid parece que borran el camino recorrido en cuanto a avances en el combate con la enfermedad. Por lo tanto, a pesar de que el ritmo de vacunación avanza con intensidad, este se ve entorpecido por personas con negatividad a vacunarse, con nuevas variantes de la enfermedad, con imprudencias en cuanto a las medidas de protección y distanciamiento, etcétera.
¿Qué sentimiento está notando en el ambiente estos días?
He percibido un sentimiento de frustración y desilusión. Todos tenemos ganas de celebraciones festeras, pero nos estamos encontrando con la auténtica realidad, que nos imposibilita cumplir nuestros deseos, necesidades, aspiraciones e ilusiones. La resignación toma posesión en nuestros estados de ánimo, como si ya se tratara de una rutina, en el segundo año de no celebración de Fiestas.
Pero también nos embarga la emoción por todas aquellas personas que ya no están con nosotros y que, precisamente, muchas familias a través de nuestras Fiestas Mayores, evocan y honran la memoria de sus seres queridos.
Un deseo
Mis deseos van en la dirección de conseguir cuanto antes una normalización de la vida social de nuestra sociedad, con garantías suficientes de salud pública. Que los instrumentos modernos de comunicación por internet, sean el recurso minoritario, para contactar y hablar con nuestras familias y amigos, y que la vuelta a los abrazos, a los estrechamientos de manos, a las muestras físicas de afectividad y amistad, tomen otra vez posesión de nuestra vida cotidiana.