Las asociaciones de vecinos van a retomar su actividad de forma progresiva, tras un año prácticamente paradas a causa de la pandemia.
A través de un comunicado informan que el principal problema al que se enfrentan ahora es la falta de recursos económicos, ya que renunciaron a las subvenciones municipales en favor del área de Servicios Sociales, para paliar todos los problemas derivados del covid.
Aún así, para iniciar el trabajo, explican que van a tener que realizar un convenio de colaboración con una asesoría con el fin de facilitar el relevo en las directivas y conseguir una mejor gestión interna de cara a las instituciones públicas. Una decisión, a la que se ven forzados, añaden, “por la falta de información y formación que se ha solicitado en múltiples ocasiones al equipo de Gobierno”, sin respuesta.
En este sentido, remarcan la falta de mantenimiento y accesibilidad en las sedes vecinales, “así como la necesidad de habilitarlas para la era digital, dado que se nos obliga a mantener contacto telemático con las administraciones, pero no se nos dota de equipos y conexión a internet”.
En el comunicado, también señalan la falta de respuesta del esquipo de gobierno a las múltiples necesidades que se detectan en los barrios y que “aunque se han puesto en conocimiento de los responsables en varias ocasiones, no hemos recibido ni respuesta ni acción por su parte”. Por ello, las asociaciones acuerdan que volverán a ponerlas en conocimiento de todos los grupos políticos, con el fin de conseguir que se subsanen.
También lamentan que no haya convocatorias de los consejos municipales y han pedido su inclusión en el Consejo Económico y Social, como representantes de los vecinos de Ibi.
Cese del presidente
Por último, la federación de asociaciones vecinales está en manos ahora de una gestora, compuesta por los delegados de cada asociación vecinal, tras el cese del presidente Juan Andrés Samaniego, por motivos laborales, que le impiden ejercer su cargo.