Editorial nº 835
La proliferación de los llamados teléfonos inteligentes en esta gregaria sociedad de consumo está convirtiendo a un gran número de ciudadanos de todas las edades en nuevos dependientes, con consecuencias en algunos casos rayanas en la drogadicción tecnológica, que están ocasionando no pocos problemas que hasta hace unos años no existían.
Cuando los teléfonos servían sólo para llamar por teléfono (¡qué cosas!), aún no se habían instalado entre nosotros las crisis de ansiedad, las alteraciones del sueño y los síndromes de abstinencia relacionados con estos aparatos. Con un uso racional por parte de personas responsables y cabales, las nuevas tecnologías son valiosas herramientas a muchos niveles, tanto laboral como personal y social. Ya lo dijimos cuando hablábamos de las redes sociales y las consecuencias que acarrea su mal uso (“las redes las carga el diablo”, decíamos en aquel Editorial; y no es para menos).
Facebook, Twitter, WhatsApp y el sinfín de juegos y aplicaciones que están al alcance de cualquiera que disponga de uno de estos teléfonos tienen una utilidad concreta; es decir, sirven para lo que sirven y, por tanto, son útiles dentro de unos límites. Sin embargo, mal usados y a deshoras (como aquel que dice), sobre todo por parte de niños y adolescentes, pueden acarrear estos nuevos y preocupantes desórdenes de cuerpo y mente, cuya responsabilidad habría que buscarla directamente en quien ha facilitado a esas personitas unos aparatos multiusos tecnológicamente desbordantes para los que aún no están preparados.
Pero tampoco los adultos se libran de estas dependencias, sobre todo quienes son incapaces de desconectar de su trabajo precisamente por no poder soltar el smartphone ni para comer (el asunto de la mala educación que supone este tipo de actitudes merecería un artículo aparte).
Ante este panorama, una empresa suiza acaba de descubrir la pólvora presentando un modelo de teléfono que sólo sirve para hacer llamadas. Ni cámara, ni internet, ni pantalla táctil. En contraposición a los teléfonos inteligentes, ahora llegan los teléfonos ‘tontos’, unos móviles básicos que cada vez tienen más éxito entre quienes comienzan a ver al smartphone como un problema que les complica la vida.
Así que no tiren sus viejos teléfonos, porque dentro de poco serán tendencia y todos querrán uno ‘sin nada’... Lo que hay que ver.