En el IES La Foia se imparten dos ciclos de formación profesional dual: el grado medio de Operaciones de Transformación de Plásticos y Caucho y un grado superior de Programación de la Producción en Fabricación Mecánica.
El sector empresarial lleva tiempo advirtiendo de la falta de mano de obra cualificada y de las altas necesidades de empleo en la comarca; sin embargo, estos ciclos formativos industriales no acaban de despertar el suficiente interés entre los jóvenes. ¿Qué cree que está pasando?
Los ciclos formativos conducen, en un tiempo relativamente corto, a obtener una cualificación profesional en un sector muy concreto. Para una persona que quiera trabajar en el sector sanitario, los ciclos formativos de esta familia profesional resultan muy interesantes, pero no el resto.
En el caso de los ciclos formativos industriales, resultan muy interesantes para aquellos jóvenes que quieren trabajar en el sector industrial o seguir formándose en el ámbito de la ingeniería, también resultan interesantes para aquellas personas que ya están trabajando en este sector y desean mejorar sus condiciones y también para ingenieros y otros licenciados que buscan ampliar sus conocimientos para mejorar su empleabilidad. Estas personas interesadas en el sector industrial ven en los ciclos industriales una opción formativa de calidad y ajustada a sus necesidades gracias a la formación del profesorado y a la estrecha vinculación de los módulos con la realidad empresarial.
La oferta de ciclos formativos y la accesibilidad de la misma es cada vez es más amplia y esto permite al alumnado elegir aquellos ciclos que se adecúan mejor a sus expectativas laborales. Estas expectativas no siempre se ajustan a la realidad que los alumnos encuentran al tratar de acceder al mercado laboral.
Por eso es muy importante que la oferta de ciclos formativos esté muy vinculada a las necesidades de la zona. Los educadores, las familias, la administración pública, el sector privado y los medios de comunicación, debemos trabajar de forma coordinada para garantizar una orientación académica y laboral del alumnado ajustada a la realidad del mercado laboral y de las diferentes profesiones.
Por otra parte, en los ciclos industriales también hay una notable ausencia de mujeres.
Esto no es así en el sector industrial, puesto que muchas mujeres trabajan en él. Sin embargo, existe un sesgo de género claro en la formación industrial que impide que las mujeres accedan al mercado laboral con la formación técnica que permite asumir puestos de mayor responsabilidad y mejor remunerados. Hay que trabajar en la desactivación de este sesgo para mejorar la proyección laboral en la industria de las mujeres que estudian ciclos de formación profesional y también para satisfacer las demandas de la industria.
¿Qué debería transmitir el sector empresarial para hacer atractivo el trabajo en las fábricas?
Los jóvenes, al terminar la ESO, que es cuando toman por primera vez la decisión de iniciar su propio itinerario formativo, en muchos casos no sólo valoran la empleabilidad que pueda ofrecerles un ciclo de formación profesional. También tienen aspiraciones de realización personal y expectativas que tienen que ver con la proyección social, la imagen que tienen de sí mismos, sus valores y experiencias así como la búsqueda de una posición que les permita desarrollar un proyecto vital personal. Es importante mostrar al alumnado que la industria de nuestra comarca no sólo está ofreciendo empleo, hay que mostrar los aspectos creativos de las profesiones industriales, sus responsabilidades, su importancia y la aportación que desde ellas se hace a la sociedad.
Durante la pandemia vimos como numerosas empresas ibenses respondieron de forma inmediata y eficaz a nuevas demandas, e incluso se movilizaron para ofrecer dispositivos sanitarios de forma gratuita. Estos valores, esta capacidad de reinventarse, de resolver problemas, satisfacer necesidades y de aportar valor a una sociedad que evoluciona es un activo de nuestras profesiones y de nuestra cultura industrial que hay que hacer valer.
Hay que mostrar al alumno que desde el sector industrial no sólo se ofrece un trabajo, sino un medio de vida que les permitirá realizar sus aspiraciones personales.
Lo cierto es que estos ciclos formativos tienen una altísima empleabilidad. ¿Qué le transmiten los estudiantes cuando entran en el mundo laboral? ¿Están contentos?
Muchos estudiantes de ciclos formativos cuando terminan siguen estudiando otros ciclos formativos o en la universidad.
El alumnado que no desea seguir formándose accede mayoritariamente al mercado laboral en el que consiguen rápidamente empleo debido a la gran demanda que hay por parte de las empresas de sus perfiles. Estos alumnos se muestran en su mayoría satisfechos y agradecen al centro y especialmente a sus profesores, la formación, la atención y la dedicación recibidas.
Ven que sus expectativas laborales han mejorado con la obtención del título y que sus conocimientos les han abierto un camino en el que pueden avanzar e ir progresando en el futuro.
¿La formación dual es clave para impulsar estos ciclos?
La formación dual es una estrategia que permite acercar la formación impartida en el centro a la realidad de la empresa. Esto permite a las empresas tener una relación estrecha con el alumnado y participar directamente en su proceso formativo.
Por su parte, el alumno tiene también una visión de primera mano de la profesión para la que se está formando y tiene la oportunidad de mostrar sus competencias profesionales en un entorno real. La estrecha relación entre el centro de trabajo y el centro de estudios en la formación dual permite un flujo de información que enriquece a ambas partes en la medida en que se ponen en común los objetivos, las necesidades, la metodología y los contenidos a impartir. La relación estrecha entre la formación profesional y la empresa es una clave para la mejora de la calidad de la formación y por eso desde el IES e IBIAE se trabaja en este sentido desde hace años. Pero la calidad de la formación industrial no es suficiente para impulsar los ciclos. El alumnado valora positivamente esa calidad en la medida en que tiene interés en trabajar en el sector industrial. En ese sentido no hay una única clave, hay que ofrecer una formación de calidad, pero también hay que ofrecer estímulos que hagan la profesión atractiva para los jóvenes.
¿Cree que está situación llegará a revertirse y convertirse en ciclos de gran demanda?
No lo sé, espero que sí. La prosperidad de Ibi y de nuestra comarca, nuestro privilegiado entorno y nuestro modo de vida son el resultado, entre otras cosas, de la competitividad de nuestra industria. Para mantener y mejorar en el futuro esa competitividad es fundamental el conocimiento. De esa prosperidad de nuestra industria dependen también el resto de sectores de nuestra comarca y debemos esforzarnos por mantenerla y nutrirla.