Por Vicente Sanjuán, editor
El mayo francés refiere a un episodio histórico que tuvo lugar hace 50 años en la Francia de 1968 y que comportó una revuelta universitaria, una huelga general y un cambio político con la sustitución del legendario general De Gaulle por el funcionario Pompidou en 1969.
Como todas las cosas de la vida este fenómeno histórico tiene, al menos, dos visiones contrapuestas. Para Raymond Aron es "un simulacro de revolución" y para Edgar Morin es "un éxtasis de la historia". Por lo que se recuerda básicamente al mayo francés es por la revuelta generacional congruente con otros fenómenos en paralelo que estaban ocurriendo en sitios tan distantes como Praga, Méjico, California o China. En todos estos casos, la nueva generación criada en el bienestar sin guerra posterior a 1945 quería apartar y expulsar a las viejas jerarquías políticas, universitarias, axiológicas e institucionales que pugnaban por el dominio geopolítico e ideológico en la llamada Guerra Fría: los USA y la URSS.
En Méjico luchaban contra el dominio sempiterno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en Praga luchaban contra el comunismo estalinista que dominaba el país desde 1946, en California luchaban contra el capitalismo consumista y la guerra colonialista de Vietnam, en China (la Revolución Cultural) la Joven Guardia Roja luchaba contra las viejas estructuras del partido comunista y el ejército que había tomado el poder político en 1949 y había apartado a Mao Ze Dong tras su desastre económico-demográfico de El gran salto adelante.
En Francia, además, se combinaron tanto el boom demográfico de los niños nacidos después de 1945 como la legalización de la píldora anticonceptiva, la crítica de los maoístas al PCF y a su ortodoxo estalinismo prosoviético, la lucha contra el imperialismo en Vietnam y la resaca de la cruda Guerra de Argelia para generar un cóctel que explotó el 22 de marzo de 1968 cuando un ministro fue a inaugurar una piscina en el campus de un extrarradio de París llamado Nanterre donde había una extensión universitaria de la Universidad de la Sorbona. Panfletos, pintadas, barricadas, escenas de lucha entre policías y estudiantes así como infinitas reuniones asamblearias conformaron una ética y una estética que conformé el fenómeno que se conmemora en estos días.
El mayo francés no solo tuvo padres sino que también tuvo hijos: las elecciones las ganó De Gaulle el mes de junio de 1968, en EEUU ganó Nixon que visitó a la China de Mao para pactar ambos contra el enemigo común: la URSS del Brezhnev que había asaltado la Primavera de Praga con el acero de los T-72 del Pacto de Varsovia. En Méjico se celebraron las Olimpiadas del '68 y el Mundial de Fútbol del '70. En Alemania nació el grupo terrorista Baader-Meinhof, en Italia nació el grupo terrorista Brigadas Rojas y en España ETA comenzó su carrera asesina con el asesinato del guardia civil Pardines.
Hoy en día, quedan los eslóganes y la imagen reflejada del eterno optimismo y utopismo de los hijos que siempre verán a los padres y las instituciones como caducas y reaccionarias: vive como piensas o acabarás pensando como vives.