Por Vicente J. Sanjuán
Era lunes 21 de agosto de 1988. El lugar, Estella, en Navarra. A las 7'30 de la mañana el Talbot Horizon de José Antonio Ferri Pérez y Antonio Fernández Alvarez circulaba por el Paseo de la Inmaculada de la citada población navarra. A la altura de un Seat 1430 matricula de Bilbao, éste estalló y su carga explosiva de 25 kilos de amonal y 40 de metralla expandió la muerte y el destrozo físico en cientos de metros a la redonda.
José Antonio Ferri Pérez y Antonio Fernández Álvarez quedaron destrozados y murieron en el acto dentro de un Talbot Horizon calcinado. La bomba hirió a una joven madre que en ese momento le estaba dando el biberón a sus hijos gemelos y a otra joven madre, María del Puy García Michelena, que corrió ensangrentada por el espacio de la tragedia.
José Antonio Ferri Pérez era el conductor del destrozado Talbot Horizon. Tenía 34 años y había nacido en ibi en 1954, ingresó en la Guardia Civil en 1976 y llevaba destinado en la Agrupación de Tráfico de Estella desde hacía 2 años. Tenía tres hijos que tenían 10, 8 y 3 años; hoy, 29 años después, tendrán 39, 28 y 31 años respectivamente. Toda una vida sin padre.
Por obvio, no hay que dejar de decirlo: Fue asesinado por los hijos de puta de ETA.
José Antonio fue enterrado en Ibi, se le hizo una misa de difuntos en nuestra parroquia de la Transfiguración del Señor con todo lujo de políticos y cientos de ibenses o de otros pueblos que fueron a hacerle una última visita y a condolerse con su viuda y sus familiares. Yo estuve allí y nunca se me olvidó aquel entierro por eso lo he recordado y lo recuerdo en estos días en que se arma ruido con el aniversario de la muerte de Miguel Angel Blanco que para mí es símbolo de muchos otras víctimas anónimas pero también símbolo de una esperanza que brotó en el corazón de muchos españoles aquel 13 de julio de 1997.
Sirva este artículo para recordar a nuestro paisano José Antonio Ferri Pérez, para recordar su muerte a manos de los verdugos de ETA y para ayudar a conseguir que el pueblo de Ibi le tribute un acto de homenaje civil como víctima del terrorismo en acto de servicio al pueblo español y a su golpeada democracia.