Todos los concejales de la Corporación municipal de Onil votaron, el jueves 12 de mayo, a favor de una moción de Compromís donde la portavoz de esta formación valencianista, Amparo Monllor, insta a la Secretaría municipal a redactar un informe “sobre la legalidad” de varias “irregularidades” detectadas en el Museo de la Muñeca, “un edificio público mantenido con dinero público, ya que el Ayuntamiento abona el 50% de todos los gastos”, más las “subvenciones para su adecuación, conservación y equipamiento que se están recibiendo por parte de la Generalitat Valenciana”.
En la parte expositiva de la moción se recogen algunos aspectos por los que ahora Compromís ha pedido explicaciones:
-Por parte del Ayuntamiento se cedió la colección de muñecas y la ocupación del edificio sin concurso público, incluso “modificando” por decreto de Alcaldía una ley de patrimonio para dar competencias a la Junta de Gobierno Local para poder hacer adjudicaciones sin concurso.
-En ningún momento el Ayuntamiento dio autorización para ceder, alquilar o prestar el edificio a ninguna entidad que no fuera la Asociación, pero la Asociación cede a una empresa privada la explotación de este edificio y la colección de muñecas propiedad del Ayuntamiento.
-En ningún momento el Ayuntamiento dio autorización para abrir ningún negocio dentro del edificio, pero hay una tienda de juguetes. -La empresa privada que gestiona el museo no rinde cuentas el Ayuntamiento, pero cobra entrada (a un precio “no económico”) y se beneficia del pago de la mitad de los gastos por parte del Ayuntamiento (luz, agua, mantenimiento del ascensor, calefacción, etcétera), así como de las citadas subvenciones de mejora del edificio.
La moción de Compromís per Onil señala que la actual Corporación “está informada de todas estas irregularidades y, de momento, no ha tomado ninguna medida cautelar al respecto”, máxime cuando la situación económica del Ayuntamiento no es nada boyante, como para “regalar” el dinero público a empresas privadas.
Supongo que alguien tendrá que esclarecer estas anomalías sabidas y consentidas por la anterior corporación. Onil se merece una museo didáctico con contenidos científicos formativos. Lo existente hoy el lo mas parecido a una horterada al estilo guadalest. Me da pena ver como una ilusión se convierte en un negociete tombolero.