La ganadora del XXX concurso de Narrativa Infantil Villa de Ibi, Mónica Rodríguez, se puso una nariz de payaso para hablar de su libro. Con este gesto hizo suyo el consejo que da a los lectores en el prólogo de la obra. En ese momento, la responsable de la Biblioteca repartió narices rojas de payaso entre el público para unirse a la iniciativa de la escritora.
La última función narra una historia costumbrista protagonizada por un payaso de circo que regresa a la ciudad de la que se marchó hace tiempo para desarrollar su vocación.
La autora asturiana explicó que para crear la historia se inspiró en su abuelo y afirmó que “me parece maravilloso que alguien decida dedicarse a hacer reir a los demás”. Aunque el inicio del libro no es alegre, el final sí lo es y con él “he pretendido hablar de lo que uno puede perder cuando tiene que elegir un camino”.
Mónica Rodríguez explicó que hace dos años dejó su trabajo como física para dedicarse a la literatura, concurriendo desde hace varios años a este premio de Ibi. La escritora tiene publicados casi veinte libros y ha recibido varios galardones.
El cuento ha sido editado por Anaya, en su colección El Duende Verde y su responsable, Pablo Cruz, destacó tanto la calidad del texto como de las ilustraciones de Adolfo Serra. “El texto es magnífico y con el aporte del ilustrador ha quedado un libro redondo”.
A a la última edición del concurso se presentaron 170 obras, “lo que demuestra que el premio goza de muy buena salud”, indicó el responsable de Anaya, al tiempo que informaba de la importante repercusión que alcanzan algunas cuentos, como el que fue premiado en 2010 que ha sido traducido al serbio.