El Rayo Ibense cerró la andadura 2015-2016 con un 0-3 ante el Ilicitano. El resultado era lo de menos en este caso, puesto que la derrota no afecta a la hora de valorar un año para enmarcar. Inolvidable y memorable; tal vez esos sean los mejores calificativos para definir la temporada de regreso del Rayo Ibense a la Tercera División.
El equipo concluye la campaña en una más que meritoria décima posición, con victorias de calibre ante primeros espadas como el Atlético Saguntino y el Ontinyent. Más no se le puede exigir a un equipo formado con gente de la casa y que ha crecido en la factoría rayista.
No pecar de inocente ante rivales más experimentados aportó muchos puntos en encuentros complicados. El equipo fue ganando en confianza con el paso de los partidos, amoldándose a su nueva situación y sin complejos se midió al resto de contrincantes. Antes de alcanzar la conclusión de la primera vuelta el grupo había cogido un poso, adaptándose a un escenario que para la gran mayoría de la plantilla era desconocido.
Marcos Camacho, desde el banquillo, supo dotar al Rayo de una identidad fuerte en casa y combativa a domicilio. Todo se ha cimentado en un bloque férreo y rocoso en defensa. Arriba, en la zona de finalización, Navarro y Rafa Pina, entre otros, supieron destilar maestría en los metros finales.
La próxima temporada será exigente. El equipo ha dejado el listón muy alto y habrá que comprobar cuántos de los actuales miembros del conjunto rojillo siguen adelante y le conceden continuidad al proyecto que comanda desde la presidencia Alejandro Tortosa. Sería ideal mantener la columna vertebral y contar con los principales argumentos que han hecho soñar a la afición del Rayo.
Hacía muchos años que el Vilaplana Mariel no presentaba la afluencia de público que se ha visto en Tercera. El camino está trazado; ahora no hay que salirse de él.
En la foto, los jugadores del primer equipo posan con el Alevín ‘A’, que se ha proclamado campeón de liga.