El viernes 27 de octubre se celebró el fallo de la XXXVIII edición del Concurso Fotográfico Villa de Ibi, a la que se han presentado un total de 339 fotografías realizadas por 55 autores procedentes de diferentes puntos de la geografía española. El Premio de Honor a la mejor colección ha sido para el ibense Manuel Iváñez Guillem por ‘Detalle Desnudo’, concedido de forma unánime. La colección ‘Un duro trabajo’, de José Beut Duato, de Valencia, se alzó con el premio a la Mejor Colección.
Los tres premios a las mejores obras sueltas fueron para el malagueño Jesús Chacón Carrasco por ‘Andrés’, al ibense Paco Martos Herrero por ‘Atrapado’ y el catalán Diego Pedro Benzal, de Cornellà de Llobregat, por su obra ‘Entre muertos 4’.
En el apartado local, Jesús García Orihuela ha conseguido el galardón por su imagen ‘Piensa en azul 3’.
Exposición de Manuel Iváñez en la ermita de San Vicente
El fotógrafo ibense Manuel Iváñez vuelve a exponer su obra, tras más de una década sin hacerlo, y regresa con una colección de 62 fotografías inspiradas en su temática preferida: el desnudo. Su sello de identidad y su pasión, con la que ha alcanzado importantes reconocimientos, como el último logrado recientemente en el Concurso Fotográfico Villa de Ibi, donde ha sido galardonado con el premio de honor a la mejor colección. “Llevo muchos años presentándome a este concurso, que se me resistía, y por fin lo he logrado. Era un premio difícil de alcanzar por la cantidad y calidad de las obras que se presentan, pero creo que mi constancia y buen hacer me han ayudado a conseguirlo y, además, en la temática que más me gusta”.
Ahora, durante una semana, el público podrá disfrutar de la obra personal de este autor, para quien “cualquier rincón del cuerpo entraña belleza y una gran sensibilidad”. Manuel Iváñez reconoce que no es una fotografía fácil “porque no todo el mundo está dispuesto a desnudarse delante de una cámara, aunque muchas veces lo hagamos en nuestra intimidad”; sin embargo, “cuando el trabajo es serio y profesional, la gente accede a posar”. Su obra personal se mueve entre la fotografía de paisajes y desnudos, aunque en esta última se añade un grado la dificultad “porque cuenta mucho el estado de ánimo del modelo y hay que lograr que exista una gran compenetración”. No le preocupa la reacción del público, “puede generar un cierta controversia, aunque creo que, conforme están concebidas las imágenes, le gustarán a todo el mundo”.
La exposición El arte del desnudo podrá visitarse hasta el 12 de noviembre en la ermita de San Vicente. Con ella, Manuel Iváñez está cumpliendo una ilusión “porque creo que es el momento de enseñar este trabajo” y agradece especialmente el empuje y los ánimos que le han dado sus amigos Paco Gil y Jesús García Orihuela para hacerla realidad. Asimismo, agradece el tiempo, la paciencia y la colaboración de los modelos.