La paciencia de la exalcaldesa y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Castalla, Maite Gimeno, rebasó su límite durante el tramo final del pleno celebrado el miércoles 6 de abril, cuando el exalcalde y portavoz del PP, Juan Antonio Candela, intervino para rogar al actual primer edil, Antonio Bernabeu (C’s), la destitución de Gimeno como concejal de Deportes y Turismo, y segunda teniente de alcalde, dentro del equipo de gobierno municipal.
Según la argumentación de Candela, “al estar Gimeno imputada, investigada o querellada, como se le quiera llamar” por el conocido ‘caso de las bombillas’, se estarían traspasando las “líneas rojas” de Ciudadanos, de modo que debería ser forzada por el alcalde a abandonar sus delegaciones de gobierno.
En este sentido, Bernabeu reiteró que, de momento, “no hay ninguna imputación” ni se ha cruzado ninguna línea roja, por lo que, si acaso, habrá que esperar a que los jueces acaben su trabajo.
Fue entonces cuando Gimeno tomó la palabra y, visiblemente enfadada, se enfrentó a Candela, acusándole de calumniar reiteradamente a políticos rivales, siendo consciente de que “todo es mentira” y haciendo “mucho daño” a nivel personal y familiar. “Yo no he robado, y lo digo bien claro, y no pienso entrar en el ‘y tú más’. No me pienso ir mientras no lo diga un juzgado y éste es el último día que doy explicaciones”, sentenció la munícipe, que le recordó a Candela que en el ‘caso de las bombillas’ no sólo está denunciado el PSOE, “sino también Compromís, los exediles Juan Antonio Rico y Paqui Guill (de UCiD) y dos funcionarias del Ayuntamiento”.
En este momento, se unió a la confrontación la portavoz de Compromís, Lusa Monllor, que calificó a Candela de ser alguien “muy pobre de espíritu”, recordándole que estas denuncias infundadas las interpuso “quince minutos antes de dejar de ser alcalde de Castalla”.
Para cerrar este rifirrafe, el alcalde pidió a los presentes que diriman sus cuitas en el Ayuntamiento, y no en los juzgados, puesto que actualmente hay 34 procesos judiciales abiertos, lo cual ralentiza enormemente el funcionamiento del Consistorio.