La decisión de Iberdrola y Red Eléctrica de construir dos subestaciones para abaratar costes y que no estarán en funcionamiento antes de 2018, ha causado una gran decepción entre los alcaldes y representantes empresariales de la Foia. Confíaban en que las presiones ejercidas en los últimos meses pudieran haber adelantado las previsiones del Gobierno, sin embargo, el resultado ha sido el contrario: el proyecto final se atrasa hasta 2019.
Aunque para el primer edil de Castalla, Antonio Bernabeu, el acuerdo es “decepcionante”, considera que la denuncia que interpusieron los alcaldes contra Iberdrola ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) “les ha obligado a dar la cara y a mostrar una actitud más colaborativa de la que tenían hasta ahora”.
Dos subestaciones
Fue el lunes 11 de enero, durante la reunión que mantuvieron la directora general de Energía de la Conselleria, Júlia Company, alcaldes y empresarios de la Foia y representantes de las compañías Iberdrola y Red Eléctrica Española, donde se acordó construir dos subestaciones, una de 220 y otra de 132 kilovatios, con el objetivo de evitar complicaciones técnicas y medioambientales, así como reducir costes económicos.
Según explica Bernabeu, las subestaciones tendrán emplazamientos distintos, puesto que mantener el proyecto inicial en el polígono Bastà, de Castalla, tenía un coste adicional de 5,5 millones de euros “ya que era necesario soterrar la línea en un tramo de varios kilómetros porque entraba en el casco urbano”.
Ahora, el nuevo proyecto contempla una primera subestación en Bastà, de 132 kV, que entraría en funcionamiento el primer trimestre de 2018. La otra subestación de 220 kV, en cuyo emplazamiento se trabaja ahora, estaría operativa en 2019.
El director de la Asociación de Empresarios de Ibi (IBIAE), Héctor Torrente, se muestra cauteloso “porque estamos ante un proyecto distinto” y expresa también su desilusión “porque necesitamos que esta infraestructura comience a funcionar cuanto antes y los plazos se van alargando”. Hay que recordar que IBIAE ya alertó el pasado mes de octubre de que el aplazamiento a 2018 de la subestación eléctrica de la Foia frena el crecimiento de las industrias y puede provocar una fuga de inversiones.
Nuevos terrenos
El Ayuntamiento de Castalla ya ha previsto la compra de unos nuevos terrenos para ubicar la segunda subestación. Se trata, según explica el alcalde, de un suelo situado junto a la autovía en el punto en que se une con la carretera del puerto de Biar. Estos terrenos tienen que ser adquiridos ahora “y ya veremos qué fórmula o convenio establecemos pero, en cualquier caso, el fin es ofrecerlo a las eléctricas para que el proyecto no se demore más”, añade Antonio Bernabeu.
Comisión de seguimiento
En la reunión del 11 de enero en Conselleria quedó constituida también una comisión de seguimiento, que integran todas las partes. En representación de los ayuntamientos de la comarca asistirá el alcalde de Castalla. Bernabeu indica que se presentó un cronograma que servirá de base para controlar que se cumplen todos los pasos y trámites.
Tras ese encuentro, Júlia Company expresó su satisfacción “por haber sido capaces de ir todos juntos para impulsar esta infraestructura que es básica par el desarrollo industrial de la comarca de la Foia”. Asimismo, reiteró la voluntad de la Conselleria de “agilizar al máximo el proyecto para que las industrias puedan disponer lo antes posible de mayor potencia y capacidad eléctrica, vital para su crecimiento y desarrollo”.