La concejalía de Urbanismo ha enviado un escrito a todos los bares y restaurantes con terraza donde se ordena la retirada “inmediata” de mesas, sillas y demás elementos que ocupen la vía pública, “sin la correspondiente autorización o incumplan la normativa vigente, o estén ocupando indebidamente fuera de temporada u horario”.
En principio, la medida afecta a la gran mayoría de establecimientos puesto que carecen de licencia para explotar este servicio durante la temporada de invierno, que comprende los meses de octubre a marzo. Además del hecho de no disponer de permisos y estar ocupando zonas de aparcamiento de vehículos, la situación se ha agravado con la colocación de pequeñas estufas o calefactores para soportar el intenso frío de este mes, con el consiguiente peligro.
La responsable del área, Amparo Pina, indica que todas las terrazas con estructura deben contar con un proyecto “y hay muchos que no lo han presentado”.
La instalación generalizada de terrazas en invierno proliferó a raíz de la entrada en vigor de la ley antitabaco. Hasta entonces se solicitaban sólo para el periodo estival, de abril a septiembre.
La Asociación de Hostelería pidió al Ayuntamiento al final del verano del pasado año una bonificación del 50 por ciento en las tasas para mantener las terrazas durante todo el año y así no perder clientela. El presidente, Carlos Segura, recuerda que la propuesta fue bien recibida “pero nunca se nos comunicó nada”.
La Asociación de Hostelería explica, además, que algunos propietarios intentaron estos meses atrás regularizar la situación, abonando la tasa, pero el Ayuntamiento no aceptó el pago “porque la ordenanza no lo permite”.
La concejal Amparo Pina explica que existe un vacío en la actual ordenanza municipal sobre la instalación de terrazas durante todo el año, “solo se permite semestral”. En cambio, está bien definida la normativa de concesión de licencias y pago de tasas para las terrazas de verano, durante el periodo de abril a septiembre. Tampoco, añade, se permite invadir la calzada.
Sin embargo, existe, al menos, una excepción. El bar-cafetería Obos sí ha pagado la tasa de los meses de invierno. El establecimiento recibió en el pasado septiembre una carta del Ayuntamiento para renovar la licencia que tenía concedida del verano y abonó en diciembre otros 60,12 euros por las tres mesas que tiene en la calle. Pese a ello, este establecimiento también ha recibido la orden municipal de retirar la terraza.
Desde la Asociación no se entiende la medida porque la ordenanza, en su artículo cuatro, sí contempla autorizaciones de carácter anual y sólo establece los horarios de cierre.
La orden, según figura en el decreto de Urbanismo, se ha trasladado a los servicios administrativos de actividades y a la Policía Municipal “a los efectos de cumplimiento inmediato” y sin perjuicio, de las actuaciones que el Ayuntamiento “deba ejercitar en materia de disciplina, de acuerdo con la citada normativa”.
La decisión ha provocado un gran malestar entre bares y restaurantes porque muchos de ellos han realizado una importante inversión para dar servicio en la calle durante todo el año.
Además, no entienden la urgencia de la medida, cuando han transcurrido cinco meses desde que caducó la licencia en septiembre y falta un mes y medio para renovarla en abril. Todo ello con el agravante del coste económico que implica desmontarlas. La Asociación de Hostelería opina que se ha hecho como “una manera de regularizar la situación” y pedirán a la concejalía que se actúe de forma individualizada en cada establecimiento.
La edil asegura que se modificará la ordenanza para atender la demanda de los hosteleros, consciente del actual panorama económico.
Y sobre los perjuicios económicos que la medida ocasionará, indica que “se han beneficiado durante varios meses sin pagar”.