Cientos de ibenses asistieron ayer al emotivo homenaje a las víctimas de la explosión de la fábrica de pólvora Mirafé en el 50 aniversario de la tragedia. Ante la amenaza de lluvia, el acto fue trasladado a la iglesia de la Transfiguración del Señor, con el mismo horario y agenda que se tenía previsto realizar en la avenida dels Geladors.
La ceremonia se inició con una homilía a cargo del cura párroco y tras ella se hizo un minuto de silencio en memoria de los fallecidos. La ceremonia continuó con el concierto de violín y piano a cargo de Quico Miró y Jesús María Gómez, e interpretaron varias piezas de compositores clásicos y contemporáneos, cerrando así una jornada de recuerdo y tristeza, donde también asistieron distintos representantes de la corporación municipal.
Este acto se une al ya realizado en marzo de 2017 cuando se inauguró el monumento a los fallecidos por la explosión en la avenida dels Geladors y que contó también con la presencia de los familiares de las víctimas así como cientos de ibenses que voluntariamente quisieron acompañarles.
MIrafé es el nombre de la fábrica que producía las llamadas ‘pastetas’ usadas en las pistolas de juguete de la época, las llamadas Clic Pum. La tarde del 16 de agosto 1968 una enorme detonación sorprendió a todos los vecinos de Ibi y en pocos minutos se conoció el terrible suceso.
La explosión se llevó por delante a treinta y tres personas, casi todos migrantes venidos de Granada, Almería, Jaén y que en ese instante trabajaban en las naves de la empresa, de los cuales cinco eran menores de 14 años.
La accidente destapó las lamentables condiciones en las que se trabajaba, la falta de contratos y la ausencia de controles y permisos legales.
La tragedia marcó un antes y un después en la vida cotidiana de los ibenses. Ese año se suspendieron las fiestas patronales en señal duelo y respeto por los fallecidos y sus familiares.