Por J. J. Fernández Cano
En uno de mis artículos manifesté mi opinión favorable sobre la idea de habilitar una zona piloto de esparcimiento canino en nuestra villa, basándome en la entrevista hecha por este periódico a la edil Ana Tello. Mi despiste consistió en ignorar que el origen de lo que me pareció una acertada idea, había partido del grupo municipal EUPV. Tomando ejemplo del buen talante y esmerada educación con que la coordinadora de Esquerra Unida, Mar García, me hace saber mi inexactitud, me creo en la ineludible obligación de pedir disculpas por mi error a ella y a su grupo.
Hecha esta insoslayable aclaración y ya que la cosa viene a cuento, aprovecho para añadir que los ciudadanos no venimos muy acostumbrados a que un grupo político alumbre una idea y los demás no se le tiren a la yugular, no tanto porque dicha idea sea mejor o peor (algo que siempre es conveniente que se discuta) sino porque no se les ha ocurrido a ellos. En este asunto que nos ocupa, se pone de manifiesto que existe cierto entendimiento entre los políticos que nos gobiernan, tanto alcaldía, como partidos de la oposición, puesto que esta propuesta de habilitar la mentada zona de esparcimiento canino, parece que va a llegar a granazón.
En unos tiempos de desencuentros políticos como los que estamos viviendo, a nivel autonómico y nacional, en los que prima el afán de poder sobre el bien de la ciudadanía en general, consuela constatar que en la Administración Municipal de nuestro pueblo se respira cierta armonía, cierto sosiego del que habíamos carecido demasiados años. Nuestros políticos locales tendrán sus discrepancias, que concluirán en aciertos o errores, esto es inevitable, pero en términos generales, estoy convencido de que tanto la Alcaldía como los grupos de la oposición, obran de buena fe, el hecho de que los últimos balances económicos dieran positivo, quedando un nada despreciable ahorrillo o remanente de dinero, ya supone un indicio inequívoco de que la forma de administrar el dinero de los contribuyentes, se ha adecentado de forma sustancial.
Y un último dato, para mí quizás el más importante de todos: es que de un tiempo, ya bastante prolongado, a esta parte, no se han destapado casos de corrupción político-económica o vergonzosos despilfarros estrechamente relacionados con nuestro Ayuntamiento, sobre todo en lo referente al área de Urbanismo, lo que demuestra que un pueblo, comunidad autónoma o país, pueden vivir sin estos feos vicios con el sosiego de un perro sin pulgas. Aquella situación llevaba al Consistorio a un clima de crispación permanente, los partidos de la oposición andaban a carreras destapando y denunciando anomalías administrativas. Aquello era un vivero de noticias, todas malas, que bordaba titulares en los medios y estremecía la calma de la ciudadanía. La guerra en los plenos era permanente y las batallas de los políticos, siempre lo dije, las acaban perdiendo los ciudadanos.